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POEMAS CRISTIANOS

06 abril 2016

Desde el primer amor

Desde el primer amor estoy contigo
siguiendo tus pisadas, caminando,
y en mi ser -siempre tuyo- vas creando
la mente de un constante y fiel amigo.

La paz, con tu recuerdo, va conmigo,
y un río de pasión está sangrando,
y no puedo evitar de vez en cuando
mi lágrima de amor por tu castigo.

En esta tarde azul, como una ola,
el corazón reparte la simiente
sobre un campo vestido de amapola.

Por tu gracia, Señor, eternamente
he de ver ese cetro que enarbola
la humildad y el amor más diligente.


Antonio Barceló Roldán (Apocalipsis 2:4)


POEMAS CRISTIANOS

05 abril 2016


Sostennos firmes, ¡oh Señor!



Sostennos firmes, ¡oh Señor!,
En la Palabra de Tu amor;
Refrena a los que en su maldad
Tu reino quieren derribar.

Demuestra Tu poder, Jesús,
Pues rey de reyes eres Tú;
Haz que Tu amada cristiandad
Te alabe con sinceridad.

¡Oh Santo Espíritu de Dios!
Escucha de Tu grey la voz;
Conserva en ella la unidad
Y guárdala en Tu santa paz. Amén.


(Martín Lutero)

POEMAS CRISTIANOS

04 abril 2016


 
                                           SEÑOR, ENVÍANOS

                                    

                               Otoñal el tiempo se ha tornado,
                                    arrancando de los árboles las hojas
                                    que voltean por el viento desatado
                                    y caen a tierra cual yertas mariposas.

                                    De cobre y amarillo van cubriendo
                                    el césped y la arena como un manto;
                                    yacen muertas, dormidas sin aliento,
                                    desgajadas por siempre de su árbol

                                    Padre amado, ¡cuántas almas perecen,
                                    separadas de ti y de tu amor,
                                    y caen sin conocer a quien merece
                                    la gloria y la alabanza y el loor!

                                    Verles, Señor, es dolorosa herida,
                                    pues, cual hojas privadas de su savia,
                                    viven en realidad sin tener vida,
                                    por no haber recibido tu palabra.

                                    Envíanos, Dios santo, a predicar,
                                    a socorrer a tantos que se pierden,
                                    a hablarles del amor y de la paz
                                    que Jesús quiere a todos ofrecerles.

                                    ¡Son tan grandes los campos!
                                    ¡Tan cercana la siega!
                                    ¡Oh, Señor, en tu amor confiamos,
                                    para que haya abundante cosecha!

                                                    Miguel Hernández Iniesta

POEMAS

20 marzo 2016

No hay otro Nombre

No hay otro Nombre en la tierra
tan poderoso y sublime,
como el Nombre del Ungido.
El Mesías prometido ...
Jesucristo, el que redime.
Ante su sola mención
muertos recobran la vida.
Los enfermos son sanados,
y los pobres desgraciados
ven curadas sus heridas.
En el Nombre de Jesús
se abren las puertas del cielo
para el alma que se humilla.
Quien busca a Dios de rodilla
halla el celeste consuelo.
Su Nombre calma a las fieras
y vence los elementos.
Lo imposible en El no existe.
Ningún poder se resiste
al que creó el firmamento.
Nombre, que ofrece a los hombres
Vida Eterna y Redención,
Consuelo a los afligidos.
Y al que llora arrrepentido,
las delicias del perdón.
No hay para el hombre extraviado
otro Nombre más hermoso,
ni con tantas garantías.
Sólo en Jesús, el Mesías,
las almas hallan reposo.
No busquéis otros recursos,
porque no hay más solución
que la que Dios ha provisto.
Sólo en el Nombre de CRISTO
se encuentra la salvación.
-- Daniel Nuño --


Vida Eterna

Para un mundo sin remedio,
que entre maldad se gobierna,
Cristo ha venido a ofrecernos
Salvación y Vida Eterna.
Aquí somos peregrinos ...
Nuestra existencia es fugaz.
Dios nos ofrece un destino
de Eterna Felicidad.
Cristo quiere que alcancemos
victoria sobre el pecado,
porque desea que estemos
eternamente a su lado.
La vida aquí es pasajera
Del mundo no hay nada bueno.
La riqueza verdadera
Es la Eternidad del cielo.
-- Daniel Nuño --



El campo del Señor está de fiesta
por estos escogidos labradores,
que riegan la semilla a manos llenas,
abriendo nuevos surcos, sin temores ...
Jóvenes que al hallar la encrucijada
piden la orientación del Padre nuestro,
escogen lo mejor, y en la alborada
empiezan sus labores con empeño ...
No han de temer al tiempo en sus cambiantes,
al vendabal airoso y destructivo,
a la lluvia o al sol, que calcinante,
amenace las tierras de cultivo ...
Hay fuerzas concentradas más potentes,
para usar contra el mal, la fe cristiana:
por ella vencerá todo creyente;
las promesas de Dios nunca nos fallan.
-- Carmen M. C. Gómez --



Infelices los seres que conciben
un Dios entre paredes,
que se vende y se compra
con monedas,
o sacrificios crueles ...
El Dios que yo concibo
es infinito
Autor del universo,
Omnipotente, Excelso,
Justiciero y Bendito.
-- Carmen M.C. Gómez --


Soneto de la Esperanza

En esta hora apacible, Señor, a Tí yo ruego
que tu misericordia derrames con perdón
de las innumerables faltas que sabes tengo,
y me limpies por siempre de toda imperfección ...
Señor, guárdame alerta para poder librarme
de toda incertidumbre en relación a Tí,
que en mi interior Tu augusta presencia esté palpable
a la chispa divina que Tú pusiste en mí ...
Y que cuando me llegue el momento supremo
valientemente afronte Tu llamada final;
y tu Espíritu Santo llene de caridad
las mentes de los míos, amados en extremo;
y que sepan no hay muerte y solo despertar
a eternas beatitudes en el célico hogar.
-- Carmen M.C. Gómez --


Pensando que Muero

Vivo pensando que muero
cada instante de mi vida.
Puede ser, quizás el postrero;
La luz de mi candelero
puede extinguirse enseguida.
Eso me hace estar alerta.
Sí ... Porque en cualquier momento
Dios puede pedirme cuentas,
y ante su Santa Presencia
no podré decir: "Lo siento ..."
Por eso quiero vivir
muy despierto y preparado;
calibrando mi existir,
porque cuenta he de rendir
al que la vida me ha dado.
Sé bien que habré de esforzarme
en cumplir con mi deber,
y al hacerlo, cerciorarme
que Dios no ha de reprocharme
mi forma de proceder.
Lucho porque no hagan mella
en mí lo ruin y vicioso..
Evitando las querellas ...
Que al morir no queden huellas
de algo indigno y vergonzoso.
Y no es que morirme quiera ...
Cada vez que doy un paso,
lo he de dar de tal manera,
como si el último fuera,
para evitar el fracaso.
Reconozco, con tristeza,
que no logro el bien que quiero.
Pero aún en mi flaqueza
prosigo con entereza,
y al vivir, pienso que muero.
-- Daniel Nuño --


  
Mirando al Sendero

Donde se cierra un camino
siempre empieza algún sendero.
Alguien anduvo primero
por nuestro propio destino.
Otros también soportaron
semejantes inclemencias;
las huellas de su presencia
nuestras huellas señalaron.
Los caminos se han formado
a base de andar por ellos.
Cada paso es un destello
de nuestros antepasados.
Cientos de generaciones
nos llevan la delantera,
que forjaron carreteras
a fuerza de tropezones.
No estás solo en esta vida.
La senda que estás pisando,
alguien la cruzó llorando
con el alma dolorida.
Por eso, ante tu amargura,
piensa, mirando al sendero,
que antes que tú, otros sufrieron
semejantes desventuras.
Y en vez de lamentaciones,
da gracias al Ser Divino,
por encontrar un camino
lleno de hermosas lecciones.
-- Daniel Nuño --


  

Qué ciego es el mundo, madre,
Que ciegos los hombres son,
Piensan, madre, que no existe
Más luz que la luz del sol.
Madre, al cruzar los paseos
Cuando por las calles voy,
Oigo que hombres y mujeres
De mí tienen compasión.
Que juntándose uno a otro
Hablan bajando la voz
Y que dicen: ¡Pobre ciega!,
Que no ve la luz del sol.
Mas yo, no soy ciega, madre;
No soy ciega, madre, no;
Hay en mí UNA LUZ DIVINA
Que brilla en mi corazón.
El SOL que a mí me ilumina
Es de eterno resplandor;
Mis ojos, madre, son ciegos...
Pero mi espíritu...no.
Cristo es mi Luz, es el día
Cuyo brillante arrebol
No se apaga de la noche
En el sombrío crespón.
Tal vez por eso no hiere
El mundo mi corazón
Cuando dicen: ¡Pobre ciega!,
Que no ve la luz del sol.
Hay muchos que ven el cielo
Y el transparente color
De las nubes, de los mares
La perpetua agitación.
Mas cuyos ojos no alcanzan
A descubrir al SEÑOR
Que tiene a leyes eternas
Sujeta la Creación.
No veo lo que ellos ven,
Ni ellos lo que veo yo;
Ellos ven la luz del mundo
Yo veo la LUZ DE DIOS.
Y siempre que ellos murmuran:
¡Pobre ciega! (digo yo)
¡Pobres ciegos!,  ¡que no ven
Más luz que la luz del sol!...
-- Anónimo --


  
Todo es Gracia

Hombre que tienes talento,
dime, ¿dónde lo compraste?
El mundo te reconoce
imaginación brillante;
pero, ¿cómo has adquirido
ese don tan admirable?
Tal vez cultivas las ciencias
y aun descubrimientos haces;
pero, ¿cómo has poseído
esa aptitud envidiable?
Por ventura te consagras
al cultivo de las artes
y alcanzas preciados lauros
en concurridos certámenes;
mas, ¿elegiste tú mismo,
porque estuviese a tu alcance,
esa facultad preciosa
que el mundo admirado aplaude?
Nada debes a tí mismo:
cuanto tienes, cuanto vales,
a tu espíritu ha venido
de un modo que nadie sabe.
Mas de quien viene sabemos:
del que es de las luces Padre,
Autor de las buenas dádivas,
que como quiere reparte.
Si todo lo has recibido,
de nada debes gloriarte.
-- Carlos Araujo --


  
A un Sabio

No dudo de la enorme inteligencia
con que al mundo infeliz has asombrado,
y aplaudo el gran trabajo, que a conciencia,
por llegar a ser sabio has desplegado.
Tu talento confunde y maravilla
y porque a lo ignorado pones freno,
el hombre, ante tu paso, su rodilla
dobla confuso, de respetos lleno.
Eres sabio, es verdad; pero tu vida
está llena de errores sin medida.
Sabes mucho y no sabes ser moral.
Ser sabio, para mí, no es ser bastante.
Prefiero un hombre bueno, aunque ignorante,
a tí, que sabes mucho y vives mal.
-- Claudio Gutiérrez Marín --


  

La vida en Dios es vida de aventura;
Vida llena de ensueño y de grandeza;
Rumbo heróico que apunta hacia la altura
Persiguiendo la gracia y la belleza.
La vida en Dios es fe de iluminado
En un perpetuo florecer de cumbre;
Es ser  un siervo del mar, bañado
En el calor intenso de su lumbre.
La vida en Dios es ir por los caminos
Ardiendo el corazón, la mano abierta;
Y llenar de los cánticos divinos
La soledad estéril y desierta.
La vida en Dios es fuego y armonía;
Es salmo y es poema de Ternura
Que en la aspereza cruel de cada día
Va dejando la miel de su dulzura.
La vida en Dios es ruta dolorosa;
Es visión de la cruz, jalon de gloria:
Es pasar por la noche tenebrosa
Y despertar en alba de victoria...
-- Francisco E. Estrello --


¡Escúchame, Señor!

Gracias te doy, oh Dios incomparable,
por tu Santa Palabra inmaculada,
en la cual me alumbró la llamarada
del fuego doctrinal del Admirable.
Salióme al paso en mi senda oscura
con todo su esplendor y su clemencia,
siendo mi Salvador por excelencia
al hacerme una nueva criatura.
Por eso en la hora sacrosanta
que sube mi oración Tu Trono,
recibe mi alabanza en el tono
que mi alma gozosa a Tí canta.
Hoy, al llegar la fecha señalada
en que cumplo, Señor, estos mis años,
olvidando los negros desengaños,
vivo en la paz de tu bondad sagrada.
Así, pues, apoyado en el glorioso
cayado del Mesías, del Ungido,
te diré con acento redimido
¡que sólo en Jesucristo soy dichoso!
-- Manuel Pérez del Busto --


El Joven Rico

Rico y apuesto heredero,
alto de alcurnia y de talla,
se llega a Jesús pidiendo:
-Maestro bueno, ¿qué hace falta
para que la vida eterna
posea para mi alma?
-Los mandamientos conoces:
No toques mujer extraña,
no mates, hurtes ni engañes,
sea veraz tu palabra,
respeta de tus mayores
la dignidad de las canas...
-Maestro, todo he guardado.
Dime qué otra cosa falta.
Una muy simple: ve y vende
cuanto a la tierra te ata,
dalo a los pobres, que cubran
su miseria por tu gracia,
y echando tu cruz al hombro
ven a seguir mis pisadas.
Perdió el joven su apostura,
bajó al suelo su mirada
y se encaminó afligido
hacia sus riquezas vanas.
A Jesús le va corriendo
por la mejilla una lágrima
que a contraluz pareciera
de sangre tornasolada.
-¡Pudo y no quiso salvarse,
por su riqueza malvada!
¡Cuán difícil es que un rico
entre en mi eterna morada!
¡Un camello por el ojo
de una aguja, mal se pasa!
-- Santos García Rituerto --


Enséñame, Jonás

Enséñame, Jonás, pero no a huir
ni a renegar por enramadas secas.
¿Adónde huirás del Dios que va contigo
si a donde vayas sin querer le llevas?
Y si la calabaza se ha secado,
busquemos mejor sombra en una higuera.
Enséñame, Jonás a ser valiente:
<< Yo soy culpable, echadme a la tormenta
para que el mar se calme y tengáis vida,
y a mí que Dios me lleve donde quiera. >>
Un submarino vivo irá al rescate
y nos traerá a la abandonada senda.
Abajo, en lo profundo de las aguas,
humillada, por fin, nuestra soberbia,
la voluntad rendida, consagrados
a la dura misión que Dios nos muestra,
enséñame, Jonás, esa plegaria
de adoración, confianza y obediencia.
Enséñame, Jonás, pero no el odio.
¿Qué Nínive es idólatra y perversa?
Tú y yo, Jonás, tenemos un mensaje
que Dios nos ha confiado para ella.
Dame tu verbo rápido y conciso,
tu voz adamantina y verdadera,
para que aquel que mi advertencia escuche
en polvo y ceniza se arrepienta.
Que yo doy voces y mi voz se pierde
en la expansión de una ciudad desierta.
Y cuando nuestra Nínive podrida
vuelva a Dios su mirada plañidera
y Dios derrame, como sabe hacerlo,
misericordia y gracia sobre ella,
entonemos tú y yo sus alabanzas
caminando gozosos nuestra senda
de ciudad en ciudad, de choza en choza,
para evangelizar de puerta en puerta.
-- Santos García Rituerto --

POEMAS MISIONEROS

Autor: John MacArthur

ENVIAD APRISA MISIONEROS

Oíd el clamor de las naciones
Y vuelve el eco a resonar,
Es gemido de pobres corazones
Que no cesan ansiosos de clamar:
“Enviad aprisa misioneros
Las buenas nuevas hoy a predicar;
¿No os envió cual mensajeros
El Maestro su evangelio proclamar?

¿Guardarás silencio tú, cristiano
Ante este reto y gran clamor?”
¿Dejarás que muera el pagano
Sin conocer su amante Redentor?
¡Vergüenza y confusión te esperaría
Si negares al perdido salvación,
Infiel a Cristo tú serias
Si no compartes la eterna redención!

Perecen las almas por millares
Por las cuales el Cristo ya murió,
Adoran, se postran ante mil altares,
La sed de sus almas su dios jamás sació.
¿Les dejarás servir a dioses muertos
Mientras hoy tú conoces la verdad?
¿Les dejarás llegar a infernal puerto
Mientras pretendes tú gozar la Eternidad?


Si hoy no compartes tu abundancia
De la vida, de la gracia, del perdón lo que piensas para ti como ganancia
Tornárase en vergüenza y perdición;
El Cristo te dirá severamente:



“tuve hambre y no me diste de comer,
Preso estuve y me olvidaste plenamente,
Al infierno, a las llamas siempre arde.”


LA MIES ES MUCHA

La mies es mucha, mucha
Ya cubre el vasto mundo,
De norte y sur se extiende
Y a toda latitud;
La espiga ya dorada
Paciente hoy se inclina
Y aguardad la cosecha
La inmensa multitud.

¡Cuán pocos los obreros
Que firmes hoy se aprestan
A ir por todo el mundo
La mies a cosechar!
Avancemos los pocos
Hagamos la cosecha,
Roguemos que otros vengan
También hoy a segar.

El día ya declina
Las sombras se ciernen
Podrán fin a la siega
Y no habrá oportunidad;
Redimamos el tiempo
Hagamos la cosecha
Que las almas se pierden
En densa oscuridad.

En viaje a New York a Puerto Rico a 35,000 pies de altura , 29 de marzo 1967
Rev. Luis M. Ortiz


NO CALLARÉ

Un mandato, Señor, tú me ordenaste
De cumplir la grande  comisión;
Una gran encomienda me confiaste,
La labor de la evangelización.

Si yo callara las piedras hablarían
A otro llamarías si me negara,
Mi talento a otro tú darías
Y en tinieblas eternas yo morara.

¡No callaré! Iré por todo el mundo
El evangelio glorioso predicando,
No importando el ataque furibundo
Mientras la semilla voy regando.

Un día escucharé la bienvenida
Cuando toda lágrima y dolor habrá pasado
Y llegaré triunfante llevando las gavillas de las almas salvadas que he ganado.



PASÓSE LA SIEGA

Ezequiel 3:16-21

Era en primavera.. la mañana hermosa
Llena de perfumes, de trinos, de sol,
Se infiltró alegre y gozosamente
Dentro de los pliegos de mi corazón…

El Maestro vino y habló quedamente:
“No irás a mis campos como sembrador”
… Pero la mañana me llenaba el alma, y dije:”Maestro déjame quedar..”

Y llegó el verano y el primer rocío que cayó abundante sobre las amplias mies;
Y posó en el aire su hálito quedante;
Con mano piadosa refrescó mi sien.

De nuevo el Maestro se acercó y me dijo; “mis tiernas espigas ¿No irás a cuidar..?
…. Pero tan lindo, tan lindo el verano,
Que dije sintiendo mi pecho cantar:
“cuando el verano apague sus luces;
Iré a tus semillas gozoso a cuidar..”

Y llegó el otoño en una explosión
De color y luz lo incendiaba todo…
Con sus chispas de oro todo lo cubría,
Todo lo cubría con regio capuz..

El maestro entonces, se acercó y me dijo;
“No irás a mis campos como segador..?
Si no te retardas aún llegas a tiempo...”
… Mas dije: “Maestro, déjame quedar;
Cuando haya gozado la ambrosia de otoño
Correré a tus campos y podré segar...”

Y llegó el invierno, todo estaba blanco..
Hacía mucho frío, no brillaba el sol;
Voluntario, entonces me entregué al Maestro;
y en aquel instante todo se lo dí;
Todos mis esfuerzos, todos mis anhelos
Todo don precioso que habitara en mí..

Mas El, tristemente, movió la cabeza..
“Pasó la cosecha- me dijo- Solo hay
Un poco de trigo que no se juntó…
Mas fue tu descuido el que lo dejó..
El pasar del año pasaste afanoso;
Cuando yo llamaba no oíste mi voz.”
¿De qué sirve ahora mi remordimiento?
¿Qué será del trigo que no se juntó…?


¿POR QUÉ NO DAS EL MENSAJE?

¿No escuchas tú las mil voces
De las almas el clamor,
Pidiendo las buenas nuevas
Del Evangelio de amor?

Mueren en su agonía
Por quienes cristo murió
¿Por qué no das el mensaje
Del Cristo que les salvó?

Jesús vio las multitudes
Derramadas sin pastor,
Y lloró compadecido
Con un profundo dolor.

A tu derredor hay muchos
Que están en gran perdición
y tú nunca les has dicho
de esta gran salvación.

Estemos bien ocupados,
Salvando al pecador,
Que Cristo entregó su vida
Para ser su Salvador.

Cristo ordenó a nosotros
Cumplir la gran comisión
De ir por todo este mundo
Predicando redención.

Ayúdanos a ganar almas para el reino del amor,
Orando y cooperando
Hasta que venga el Señor.


¿POR QUÉ TAN POCOS LOS OBREROS?

Estaba en la plataforma
Y escuchaba la lectura,
La Palabra  que transforma
Por ser tan bella y tan pura:
“La mies en verdad es mucha
Mas los obreros son pocos,
Rogad al Señor que escucha
Que envíe obreros, no pocos,”

Pregunté yo a mi Señor;
¿Por qué tantos se dedican a tanta
Otra labor
Y son tan pocos que predican?

Cual un rayo la respuesta
Hirió hondo el corazón:
“Hay poca gente dispuesta a obedecer mi clamor.”

Su presencia llenó el templo
Yo escuchaba con ardor,
No pudiendo por más tiempo
Me rendí de corazón:

Por lo inmenso que es la mies
Y escasez de los obreros,
Heme aquí, vengo a tus pies
Para llenar tus graneros.

 3 de diciembre de 1968
Rev. Luis M Ortiz





Las lágrimas que riegan el sendero
Son gotas venturosas
Del ánfora filial del misionero,
Que al caer se convierten en rosas;
Son perlas de buen precio
Porque Dios las estima y valora
A despecho del denuesto y del desprecio:
¡Ellas son como gotas de aurora!
En el lado del mundo caen y ruedan
Convirtiendo la arcilla en oro fino;
Tras ellas tesoros hay que quedan
Hermoseando a lo largo el gran camino.
La visión interior va a la mirada
Arrancando, al efecto, el hondo llanto
Que aminora el dolor en la jornada,
Proveyendo al viador consuelo santo
¡Cuán hermosos los pies del que predica
del Señor la gloriosa y áurea fiel
así andando y llorando, es culta y rica
la región que recorren los pies.
Las lágrimas que riegan los eriales
Son gotas de rocío
Que suben de escondidos manantiales
Del fiel heraldo pío…
Y horizontes de pueblos se columbran
A la vista de esos ojos que lloran…
Ojos que como soles son, que alumbran
Dando al mundo sombrío sus auroras.
Misionero veraz, flor mañanera,
Que anuncias de la Gracia sus promesas.
¡Al fin disfrutarás de tu quimera
en lugares de gloria y de fulgores!
Donde el cierzo invernal jamás acosa
Y no existen letales inquietudes;
Y es más suave que céfiro y la rosa
La canción de triunfantes multitudes.
¡Ya vuelve el sembrador con regocijo!
¡Impregnados de luz están sus ojos!
Su alma es un laúd, pues Dios bendijo
Su labor ; y ya ostenta sus manojos.
Es la tarde en la vida del heraldo.
El erial que sonó ya está sembrado:
¡Ya florece el rosal do hubo cardos,
y do hubo espinas sube el trigal dorado!
Una página nívea allá en el cielo
Queda escrita con oros celestiales
Por cada gota de llanto, que consuelo
Derramara en los débiles mortales.
Y tras él un clarín de bendiciones
Resuena como un fruto de alegría:
¡Mientras al camino que regara un día.