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Block Cristiano, donde doy testimonio de mi amor por mi Señor y Salvador "Cristo Jesús" Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13
'UNA COSA SÉ, QUE HABIENDO SIDO CIEGO AHORA VEO LA LUZ DE MI JESÚS.'
17 diciembre 2017
Solo el poder de Dios
16 diciembre 2017
Solo el poder de Dios
Sólo el poder de Dios
Puede cambiar tu ser;
La prueba yo te doy:
Él me ha cambiado a mí,
No ves que soy feliz,
Siguiendo al Señor,
Nueva criatura soy, nueva soy.
Puede cambiar tu ser;
La prueba yo te doy:
Él me ha cambiado a mí,
No ves que soy feliz,
Siguiendo al Señor,
Nueva criatura soy, nueva soy.
Señor quien entrara en tu santuario
15 diciembre 2017
¿Señor quien entrara
En tu santuario, para adorar?
//El limpio de manos de corazón puro,
Que no es vanidoso y sabe amar//.
En tu santuario, para adorar?
//El limpio de manos de corazón puro,
Que no es vanidoso y sabe amar//.
//Señor yo quiero entrar
En tu santuario, para adorar//,
//Limpia mis manos y mi corazón,
Mi vanidad quita, y dame amor//.
En tu santuario, para adorar//,
//Limpia mis manos y mi corazón,
Mi vanidad quita, y dame amor//.
Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.
14 diciembre 2017
Rodrigo Cárdenas B.
Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.
Hay una frase que declaró el apóstol Pablo que siempre me llamó mucho la atención, la que dice "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí". Han pasado algunos años, y es esta afirmación de Pablo, que nos la dice en su carta a los Gálatas, la inspiración del siguiente mensaje; que hoy comparto con ustedes. Espero en nuestro Dios y Señor, que nos de la sabiduría y revelación, para poder compartirlo y entenderlo en su gracia y voluntad, que así sea. Amen.Primero, antes de entrar en el desarrollo de la palabra; es importante que lean estos tres pasajes de las Escrituras que he seleccionado; los que usaré para aclarar algunas cosas.
Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. Gal 2:19-21
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Fil 3:12-14
Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 2Ti 4:6-8
Los tres textos corresponden a tres cartas distintas escritas por Pablo, en el tiempo de su ministerio (servicio). Estás cartas, están escritas en forma cronológica en el transcurso de su vida; y en el desarrollo (crecimiento) de la misma.
La primera cita, es de la carta a los Gálatas; que fue escrita mientras el viajaba en sus viajes misioneros.
La segunda fue escrita en el periodo de su prisión en Roma, por testimonio del evangelio.
Y la tercera fue escrita al final de su vida, al final de su ministerio, al final del camino.
Ahora, teniendo claro el orden cronológico de las cartas, podemos hacer la siguiente observación.
1º Pablo escribió, más o menos en la mitad de su camino en Cristo: "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí" a los Gálatas.
2º Pablo escribió tiempo más tarde, lo siguiente en Filipenses “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo…”
3º Pablo escribió, al final de su caminar en esta tierra. “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día...” a Timoteo.
Es importante tener claro el orden cronológico de las cartas; ya que en ese orden podemos ver tres cosas importantes.
Primero: cuando Pablo afirmo “y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", no fue al final de su caminar en la tierra (cómo alguno pudiera imaginar), sino por lo menos en aprox. la mitad de su ministerio (lo que no significa que no lo haya podido decirlo mucho antes).
Segundo: Se puede ver que Pablo estaba corriendo una carrera (peleando la buena batalla, guardando la fe, sosteniendo la gran lucha) en esta tierra; a pesar de ser apóstol, el seguía en carrera hasta el final de su vida. El declara explícitamente que aún no ha alcanzado el objetivo final de su llamado, por lo cual se extendía por asir (tomar) aquello para lo cual ya había sido tomado por Cristo. Aquí hay algo tremendo que trastorna las doctrinas humanas y las hace dar botes y botes, Pablo se extendía por tomar aquello para lo cual, ya había sido tomado (pasado) por Cristo. ¿Lo ves? Esto es lo que Jesús declaro: “Permaneced en mí, y yo en vosotros” Juan15:4. Hay dos condiciones, El en nosotros y nosotros en El. Luego el llamado es a: “permaneced en él”. Pues el ya permanece en nosotros, si es que le hemos recibido.
Tercero: Pablo tuvo testimonio de haber cumplido el propósito en Cristo, de haber agradado a Dios al final de su tiempo (por gracia); por lo que tuvo el testimonio del Espíritu Santo que ya debía partir con el galardón completo. Esto es tremendo en importancia, porque es el propósito por el cual seguimos viviendo acá en la tierra; si no existiera este propósito grandioso no tendría ningún sentido seguir soportando este mundo, cuando ya somos salvos y tenemos vida eterna por medio de El; hay un llamamiento celestial en Cristo Jesús que debemos responder y tenemos el privilegio (oportunidad) de alcanzar por medio de la fe.
Nota: Si alguno piensa que somos siempre unos pobres y tristes pecadores, que nunca agradaremos a Dios; y por lo tanto, estamos destinados a andar de tropiezo en tropiezo, lea lo siguiente: Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Heb 11:5 ¡Hay una forma de agradar a Dios! Si, la hay; y es por medio de la fe. Recuerden que debemos pelear la buena batalla de la fe; los que la pelean vencen… (los cobardes arrancan y no pelean; ya que no creen; si creyeran la pelearían y vencerían en Cristo…) Lo dijo Pablo en su última carta: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 2Ti 4:7 Antes de ser transpuesto, Enoc tuvo el testimonio de haber agradado a Dios, esto es importante de entender.
Teniendo claros estos tres aspectos (incluida la nota), podemos ver en detalle lo siguiente:
Pablo cuando declaró "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", como dijimos, no era que ya había alcanzado el propósito de su caminar aquí en la tierra; ya que podemos ver en su carta posterior a los Filipenses, él mismo declara que no ha alcanzado aún, el objetivo o meta de esta carrera “…la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor…”Fil 3:8, es decir, podemos afirmar que esta afirmación de Pablo "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", no es la consumación del caminar en la fe; sino que es por lo menos, una etapa que debemos todos alcanzar (veremos que se alcanza por fe, ya que es una realidad que debemos creer).
El propósito final (la meta) la alcanzó al final de su vida (de hecho es al revés, su vida en la tierra termina cuando alcanza el objetivo); como lo vemos en su última carta a Timoteo (2 Ti4:6-8), cuando Pablo esta para ser sacrificado (recordemos que fue decapitado), es decir, Dios lo guardo hasta que alcanzó la meta acá en la tierra (por gracia); esto es muy importante de entender. Pablo estuvo en este peregrinar en la tierra hasta el momento justo que alcanzó la meta, por eso tiene corona; cuando uno llega a la meta y vence en la carrera obtiene corona; los que no llegan a la meta, no pueden obviamente tener corona. Dios guardó la vida de Pablo de todas sus travesías, naufragios, persecuciones, azotes, etc. etc; hasta el momento que alcanzó el propósito final, es decir, la meta; era imposible que Pablo hubiese muerto antes de este tiempo; ya que Dios nos guarda hasta el momento final, si caminamos a la luz de El. El Señor nos lo dijo “¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.” Juan 11:10 ¿Que nos enseña esto? Nos enseña que siempre que caminemos en la luz, no tropezamos; recordemos que Cristo es la luz del mundo. Cuando caminamos con y en Cristo, no tropezamos y avanzamos en este camino.
Hay algo que debemos conocer, creer, entender y experimentar. Eso se llama la cruz de Cristo. Pablo en su carta a los Gálatas, cuando dijo "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", lo dijo en medio de su vida como cristiano y siervo de Dios en esta tierra, y no como lo último que él hubiera alcanzado; no lo dijo como su última frase sobre la tierra; sino que la exclamo, por lo menos, en medio del caminar. Esto es importante entender, ya que si queremos avanzar debemos darnos cuenta que esto es un requisito en el Camino.
Siempre pensé, cuando sería ese día en que pudiera exclamar como Pablo "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí"; ¿Y sabes cuando ocurre?, ¿Sabes cuando puedes exclamar con Pablo esta gloriosa y misteriosa frase?
Lo puedes declarar cuando lo crees; si hermanos lo puedes declarar cuando empiezas a entender el verdadero evangelio de la cruz de Cristo; y por fe te consideras muerto para la ley, muerto para el pecado y muerto para el mundo Esto querido hermanos, es una realidad que ya ocurrió con todos los verdaderos creyentes, es decir, con los hijos de Dios. Estamos con Cristo juntamente crucificados y con Cristo juntamente resucitados; muertos para la ley, muertos al pecado, muertos al mundo; pero vivos para Dios. ¡Aleluya!. Esto es grandioso; esto ya ocurrió; esto ya está hecho. Lo que Pablo declara es la realidad de las cosas que él ya las entiende por revelación y entendimiento que le ha dado Dios, por medio de su Palabra. Hermanos, es este el camino de la cruz; donde se manifiesta la muerte de Cristo y la vida poderosa de Cristo en nosotros, que no puede ser destruida por la muerte; la vida eterna…Es este el camino de la fe, donde hay frutos del Espíritu de Cristo.
Podemos ver hoy hermanos, que no es soberbia declarar hoy con Pablo "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí"; sino es que estas avanzando en la fe y en el conocimiento y entendimiento de Dios y su obra. Hoy todos podemos decir con propiedad "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", pero serán sólo palabras, hasta que lo creas de corazón y vivas conforme a esa realidad, es decir, conforme a la verdad.
Si hoy lo declaras y lo crees, tu caminar será en esa realidad; y avanzaras en este Camino; si aún no lo crees y lo miras de lejos y desconfianza; te aviso que aún estas en desconocimiento e incredulidad que no te permite disfrutar de la plenitud de aquel que todo lo llena en todos; es Aquel que nos dijo hace tanto; que hoy nos dice lo mismo“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.” Mat 16:25 Y recuerda que Dios no puede ser burlado.
Cuando quieres salvar tu vida en este mundo, la empiezas a perder, ¿Por qué? Porque empiezas a caminar en el mundo, persiguiendo cosas del mundo, amando las cosas del mundo y malgastando tu vida en lo vano y temporal. Sembraras para las cosas del mundo y segaras corrupción. Invertirás tu vida en lo que es pasajero y está destinado a no ser más. ¿Qué obtendrás de todo eso? Lo más que puedes obtener, es lo que el mundo te puede ofrecer (si es que las llegas a conseguir); riquezas materiales, conocimiento humano, gloria humana, placer para la carne y poder mundano, todo temporal, es decir, un suspiro de grandeza y luego un frío cajón bajo tierra. El mundo no te puede dar, más que lo que el mundo tiene (y el mundo no tiene más que vanagloria y desolación); y el mundo hoy está gobernado por el príncipe de la maldad y la mentira; de seguro sólo lograrías obtener para el deleite temporal de tu carne; pero sed y hambre eternas para tu alma.
Cuando pierdes la vida por causa de Cristo, la hallas. Es decir, cuando andas en el Espíritu caminando por fe; empeñando por gracia tu vida en alcanzar a lo que ya fuiste llamado; tomando lo que te ofrece el mundo entero, por basura por alcanzar la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús. Cuando destinas todos tus recursos en adquirir ese campo que guarda un tesoro precioso, incontable en inmensidad; y con gozo cada día verás cuan verdaderas y fieles son las palabras de nuestro Señor y Maestro. Cuando entiendes, que si Cristo ya murió por ti, habiendo sido tú un pecador condenado; ahora que eres hijo por su sangre y por su gracia (regalo) ¿Cómo no te dará todas las cosas? Si ya hizo lo más costoso y difícil; si ya sufrió la cruz por ti; entenderás que el resto está dado por añadidura y no debes vivir en pos de las añadiduras; sino en pos de Cristo, tu Señor, Salvador y Maestro.
Dice el Señor: El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Jn 10:10 El ladrón, el enemigo (Satanás) viene para robar, matar y destruir (es bueno tenerlo muy claro, ya que cada vez que le obedeces, a veces sin saberlo, los resultados serán robo, muerte y destrucción); pero nuestro Señor nos deja muy claro que él vino, no sólo para que tengamos vida; sino para que la tengamos en abundancia; si abundancia. Alguno pensará, que las palabras de la cruz no son muy atractivas para la carne, o son muy fuertes. Y efectivamente, para la carne son muerte; pero para tu alma son salvación eterna. Para la carne son el anuncio de lo que ya ocurrió; pero son liberación de tu alma y espíritu; para servir a Dios. Pero nuestro Señor ya vino a deshacer las obras del maligno, y esto es una realidad; ya que el maligno no tiene poder sobre nuestra nueva naturaleza que es en Cristo Jesús. Recuerda lo que nos dice el Señor: El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 1Jn 3:8 Sólo a través de la cruz, cruzamos de la carne a la vida en el Espíritu; sin pasar por la cruz, nos quedamos del lado en que el Diablo aún tiene dominio sobre la carne para destrucción, robo y muerte.
¿No crees que es mejor andar al otro lado de la cruz donde el maligno no tiene parte?
¿No crees que es mejor caminar junto al Señor en el Reino de Dios?
¿Por qué muchas veces andamos como si viviéramos aún en la carne, ignorando nuestra realidad en Cristo?
Lo hacemos por ignorancia, en incredulidad. Debemos entender que nuestra vida está en Cristo al otro lado de la cruz; es decir, resucitada para con Dios. Y esto hermanos es tremendo y grandioso, porque estamos junto a Cristo sentados en lugares celestiales… ¡ALELUYA! Esto es muy, pero muy grande para poder explicarlo con palabras; debemos acudir a nuestro Padre Y Señor, para que nos ayude y revele estas cosas que son grandiosas y podamos creer y andar respecto a la realidad; si realidad; la verdadera realidad de las cosas; y no la realidad material que ven nuestros ojos carnales.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Col 3:1-4
Esta muy claro, todos los que hemos resucitado con Cristo, somos llamados a buscar las cosas de arriba, ¿Dónde? “donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”. Amigos y hermanos míos, ¿Habrá algún lugar más alto en la creación? NO es más alto que todo lo creado; no hay nada creado más alto que esa posición. ¿No es como para cantar y bailar de alegría y jubilo, lo que Dios ya ha hecho con nosotros los que creemos? Si hermanos, es para dar gloria, honor, alabanza y adoración eternamente a nuestro Dios creador y al Cordero que fue inmolado.
¿Dónde querido amigo, quedan tus proyectos, tus ambiciones, tus aspiraciones de este mudo? Si ves el llamado, veras que es sólo basura y pérdida de tiempo por alcanzar, aquello para lo cual ya fuiste alcanzado por Cristo. Tú decides, si quieres salvar tu vida; la perderás y si la pierdes por causa del Señor, la encontrarás. ¿Lo puedes creer?, ¿O debes clamar a tu Dios y Señor, que te ayude en tu incredulidad? Hoy todavía hay tiempo de pedir, llamar y buscar…
Luego en Colosenses dice “Porque habéis muerto”, lo dice explícitamente como algo ya ocurrido, no como algo futuro; sino como algo que ya ocurrió. Andemos hermanos en esta realidad, donde entramos en los dominios celestiales; y el reino de la tinieblas, ya no tiene poder alguno sobre nosotros; andemos del lado de la cruz que debemos andar; es decir, del LADO DE LA VIDA Y LA VIDA EN ABUNDANCIA.
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.1Jn 2:15
Cuando amas el mundo y las cosas que están en el mundo, el amor del Padre no está en ti. ¿Cómo, Dios no me ama? No Dios te ama por misericordia, pero el amor del Padre no está en ti, mientras tú amas el mundo y las cosas del mundo. Recuerda lo que dicePorque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Jn 3:16 Dios amó de tal manera al mundo, que entregó su Hijo para que todo aquel que en él cree, NO SE PIERDA, es decir, no muera eternamente (no sufra eterna destrucción). Dios amó a todos los hombres, y ha dado lo más precioso, alto, excelso por ellos, a Cristo. Sin los hombres merecerlo, sólo por misericordia. Pero, cuando centras tu amor en las cosas que se ven del mundo, en la vana gloria de la vida, el amor del Padre no está en ti; y por ello, no lo puedes disfrutar, gozar ni percibir. Cuando amas a tu Padre y Señor (por ende a tus hermanos), cuando amas las cosas de arriba, el amor del Padre está en ti; y lo puedes percibir, disfrutar y gozar. No amemos hermanos, aquello para lo cual ya estamos muertos; sino amemos para lo cual vivimos; y tenemos tremenda esperanza de gloria. Recuerda que donde está nuestro tesoro, estará nuestro corazón; si tus tesoros son del mundo; tu corazón estará en el mundo; si tus tesoros están el lo alto; tu corazón estará en lo alto.
¿Y como saber donde hoy está tu corazón? Es fácil, sólo escúchate a ti mismo; tu lo dices en cada minuto: “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Mat 12:34 Nuestros labios nos delatan, ellos hablan de lo que abunda en nuestro corazón.
Hoy en día, la palabra de la cruz de Cristo es muy desconocida; y por eso hay tal espectáculo de doctrinas e interpretaciones humanas de las Escrituras contradictorias; hay una inmensidad de palabrería y una falta absoluta de poder de Dios manifestada en tantos charlatanes (ojo, no todos lo son); muchos buscando manifestaciones de Dios caen en sensualismos y extravagancias; por su ignorancia son arrastrados muchos por doctrinas extrañas y falsos maestros; hombres que son “animales irracionales”, es decir, “álogos”, es decir, sin logos, es decir; sin Palabra, es decir, sin Cristo.
Mira como Pablo lo decía LLORANDO, muchos enemigos hay de la cruz de Cristo; y mucha ignorancia hay hoy en día de la Cruz de Cristo. Pablo lloraba, por la gravedad de lo que significa no predicar esta palabra y ocultarla…
Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. Fil 3:18-21
¿Y sabes que más hay detrás de estas palabras de la cruz de Cristo?, mira y lo verás…
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 1Co 1:18
¿No es tremendo lo que el Espíritu nos quiere revelar?
Bueno, para ello necesitamos que sea el Espíritu Santo el que nos hable y nos enseñe estas cosas; para que estas palabras sean espíritu y vida en nosotros. (Necesitamos que estas palabras pasen de logos a jréma). Y no sean una doctrina entendida sólo con la mente.
¿Y sabes por que hoy en día, como ayer también lo fue, es tan resistida, ignorada y rebatida la palabra de la cruz?
El enemigo combate esta palabra, porque detrás de ella hay poder de Dios en nosotros; y eso lo somete a nuestros pies; sin la cruz no hay poder, con la cruz hay poder de Dios en los que se salvan.
Mientras estemos entretenidos con cualquier doctrina terrenal, carnal o demoníaca, o entretenidos con nuestros proyectos en este mundo, y no entendamos y creamos estas palabras de la cruz, no hay poder de Dios en nosotros; y el enemigo quisiera que siempre estemos en ignorancia e incredulidad de estas cosas; pero hermanos, la hora ha llegado de creer y avanzar en este camino maravilloso que Dios nos ha abierto por su Hijo. Amen.
“pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”; (griego:δύναμις dúnamis), es fuerza, es poder milagroso, es eficacia, es maravilla, es capacidad, es dar, es potencia, es potestad; todo en nosotros. ¿Te empieza a quedar más claro por que la palabra de la cruz es tan combatida por el enemigo? Porque te da la clave del éxito en este camino, te da la clave del éxito de tu vida, te da todo lo que nunca podrías llegar ni siquiera a imaginar…Y sobre todo, actúa el poder de Dios en tu vida; si hermanos actúa el poder de Dios en nosotros. ¡ALELUYA! Gracias Padre Y Señor; por esta palabra de la cruz, que podamos oírla, creerla y entenderla; por tu gracia. Amen.
Este poder es el que sostiene y te levanta, no es tu poder humano; este poder te hace llegar al mismo lugar en que hoy está sentado Cristo a la diestra de Dios.
Esta es parte de la oración de Pablo, que hoy oramos para que se cumpla en nosotros. Sin que sean iluminados nuestros ojos, sólo lo podremos imaginar y no ver con revelación y entendimiento, la realidad a la que fuimos llamados:
Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; Efe 1:15-21
Este mismo poder que operó en Cristo, es el que opera en nosotros, por la palabra de la cruz. Para el mundo locura, pero para nosotros poder de Dios.
¿Cuál es nuestra gloria?
Nuestra gloria es la cruz de Cristo, por medio de la cual estamos muertos para el mundo y el mundo muerto para nosotros; es esa la realidad de las cosas; en los que han resucitado con Cristo Jesús. Vivamos conforme a la realidad, es decir, conforme a la verdad. Si ignoramos la realidad; si ignoramos la verdad o no la creemos; seremos nosotros los que sufrimos las consecuencias de nuestros errores (pecados).
Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Gal 6:14
Y hoy hermanos podemos decir junto a Pablo:
Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Gal 2:19 : La ley nos mató, por nuestro pecado. Y es esa la relación que hoy tenemos con la ley; estamos muertos para la Ley, a fin de vivir para Dios. La ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. Y nosotros ya no estamos sujetos a la ley, sino que le pertenecemos a otro; a Jesucristo nuestro Señor. ¿Por qué no estamos sujetos a la ley? Porque estamos muertos para la ley, pero vivos para Dios. Era la única forma que había de que fuéramos libres de la ley; o por derogación de la ley; lo que no puede ocurrir; ya que la palabra de Dios permanece para siempre; o por muerte del que está sujeto a la ley, es decir, nosotros. Más muertos y resucitados juntos con Cristo.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gal 2:20 Lo podemos decir con toda confianza y certidumbre de fe; con Cristo estamos juntamente crucificados, y ya no vivimos nosotros, sino que Cristo vive en nosotros; esa es la verdad; nos queda hoy el paso de fe; “y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”, lo que aún vivimos en la carne, lo vivimos en la fe del Hijo de Dios, lo vivimos en la confianza de su amor personal a cada uno de nosotros, por su misericordia. Sabiendo que se entregó personalmente, por ti y por mi.
No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. Gal 2:21 NO desecho (adsetéo: poner a un lado, separar, desestimar, neutralizar o violar:-rechazar, violar, desechar, invalidar) la gracia de Dios. Entiendo que no hay otro camino para nosotros, que el que Dios ya estableció; porque por la ley es imposible alcanzar justicia para con Dios; y si la justicia se alcanzase por la ley; demás murió Cristo.
Hermanos, sólo una última palabra; y es que nos encomendemos a nuestro Padre y Lógos (Palabra); que tiene poder para edificarnos y darnos la herencia con todos los santificados. Es la oración que realizó Pablo antes de partir a su cautiverio y tuvo que dejar a sus hermanos…
Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Hch 20:32
Amen.
Rodrigo
Por que Dios no Acaba con el Mal
13 diciembre 2017
El Dr. Armando Alducin predica su sermon sobre la existencia del Mal
La forma clásica de este cuestionamiento ha estado en controversia a través de toda la historia. Es importante observar de qué manera la mente humana, sin apoyarse en la revelación de la Biblia, ha establecido o postulado las siguientes cuatro absurdas premisas:
1.- Dios es bueno.
2.- Él podría destruir el mal pues es todopoderoso.
3.- El mal no ha sido destruido.
4.- Por lo tanto, Dios no puede ser bueno.
El principal error de este silogismo se encuentra en suponer que, desde nuestra perspectiva humana, nosotros podemos identificar el mal. Es decir, que desde nuestros ojos mortales reconocemos al mal en una inundación, en un accidente, en un cáncer, en una muerte. Nada bueno podemos ver en todo eso pues no creemos que haya un propósito que valga la pena detrás de lo que nosotros llamamos malo.
Por ejemplo: Cuando Jesucristo murió en la cruz, las personas que estaban paradas al pie de ella no pudieron imaginarse que en esa tragedia se hallaba escondida la sabiduría de Dios. La muerte de Cristo fue lo más maravilloso que Dios hizo por la raza humana y nadie, en ese momento, lo pudo discernir, ni deducir. No podían comprender, ni actualmente muchos lo comprenden, como a través de esta tragedia puede haber algo bueno.
La Biblia lo describe con estas palabras:
"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde este el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más, sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres"
(1 Corintios 1:18-25).
El error está en que los seres humanos no creen que haya un propósito bueno para las cosas que ellos no comprenden. Pretenden ser más perfectos y sabios que Dios y dicen: “Yo no puedo ver en esta crucifixión un propósito claro, si ese hombre, Jesucristo, dijo ser el Hijo de Dios, ¿por qué se dejó matar? ¿por qué no usó sus poderes para evitar tal derramamiento de sangre?”.
Una de esta personas fue el Dalai Lama, quien expresó: “Creo que Jesucristo cometió un error dejándose matar”.
Friederch Nieztche, el filósofo ateo alemán, negó a Cristo porque lo consideró un personaje débil, demasiado humilde y muy manso de corazón.
El creía que el éxito y la grandeza se encontraban exactamente en lo opuesto que Cristo manifestó.
Sin embargo, a través del tiempo Dios nos ha abierto los ojos, y dos mil años después, todos nosotros le damos gracias por la muerte de Jesucristo.
¿Por qué Dios no ha hecho nada para acabar con el mal?
La respuesta es que…. el mal no puede ser destruido sin que se destruya, al mismo tiempo, la libertad. Todos nosotros tenemos una característica que es la más grande que Dios nos ha otorgado a los seres humanos: la libertad. Esto significa que podemos escoger entre dos caminos: el bien y el mal. Si los seres que Dios creó, desde Satanás y los querubines, no hubieran tenido dos cursos de acción, no habrían sido creados libres.
1.- Dios es bueno.
2.- Él podría destruir el mal pues es todopoderoso.
3.- El mal no ha sido destruido.
4.- Por lo tanto, Dios no puede ser bueno.
El principal error de este silogismo se encuentra en suponer que, desde nuestra perspectiva humana, nosotros podemos identificar el mal. Es decir, que desde nuestros ojos mortales reconocemos al mal en una inundación, en un accidente, en un cáncer, en una muerte. Nada bueno podemos ver en todo eso pues no creemos que haya un propósito que valga la pena detrás de lo que nosotros llamamos malo.
Por ejemplo: Cuando Jesucristo murió en la cruz, las personas que estaban paradas al pie de ella no pudieron imaginarse que en esa tragedia se hallaba escondida la sabiduría de Dios. La muerte de Cristo fue lo más maravilloso que Dios hizo por la raza humana y nadie, en ese momento, lo pudo discernir, ni deducir. No podían comprender, ni actualmente muchos lo comprenden, como a través de esta tragedia puede haber algo bueno.
La Biblia lo describe con estas palabras:
"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde este el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más, sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres"
(1 Corintios 1:18-25).
El error está en que los seres humanos no creen que haya un propósito bueno para las cosas que ellos no comprenden. Pretenden ser más perfectos y sabios que Dios y dicen: “Yo no puedo ver en esta crucifixión un propósito claro, si ese hombre, Jesucristo, dijo ser el Hijo de Dios, ¿por qué se dejó matar? ¿por qué no usó sus poderes para evitar tal derramamiento de sangre?”.
Una de esta personas fue el Dalai Lama, quien expresó: “Creo que Jesucristo cometió un error dejándose matar”.
Friederch Nieztche, el filósofo ateo alemán, negó a Cristo porque lo consideró un personaje débil, demasiado humilde y muy manso de corazón.
El creía que el éxito y la grandeza se encontraban exactamente en lo opuesto que Cristo manifestó.
Sin embargo, a través del tiempo Dios nos ha abierto los ojos, y dos mil años después, todos nosotros le damos gracias por la muerte de Jesucristo.
¿Por qué Dios no ha hecho nada para acabar con el mal?
La respuesta es que…. el mal no puede ser destruido sin que se destruya, al mismo tiempo, la libertad. Todos nosotros tenemos una característica que es la más grande que Dios nos ha otorgado a los seres humanos: la libertad. Esto significa que podemos escoger entre dos caminos: el bien y el mal. Si los seres que Dios creó, desde Satanás y los querubines, no hubieran tenido dos cursos de acción, no habrían sido creados libres.
Cuando Dios permite que las criaturas puedan determinar por ellas mismas hacerse responsables de sus elecciones y puedan decirle: “Señor te quiero amar libremente o rehuso amarte y me rebelo contra ti”, entonces se puede hablar de libertad. Si el mal desapareciera, también desaparecería la libertad, porque le quitaría a las criaturas la capacidad de elegir. El mal tiene que ser vencido, no destruido.
Esta es la razón por la cual no debemos caer en la trampa de la venganza: “No os venguéis vosotros mismos, amados mios, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Senor” (Romanos 12:19). En este versículo Dios nos dice que no debemos vengarnos si nos hicieron algo malo, pues el mal no es vencido con el mal, sino con.
No debemos responder equivocadamente a las diferentes situaciones que nos hacen daño, como a las calumnias (que hieran nuestra reputación), la persecución, el rechazo o que dañen algún objeto que nos pertenece. En fin, cualquier cosa que nosotros percibamos como una acción equivocada de la gente hacia nosotros. Dios nos manda nunca responder de la misma manera.
Vamos a partir de esa base y descubramos la razón que hay detrás de la sabiduría del Señor. Con estas palabras Dios nos dice que no le paguemos con la misma moneda a la persona que nos hizo daño, pues si creemos en Él, debemos dejar que sea Dios quien le pida cuentas a esa persona. Si nosotros nos vengamos, Él ya no puede intervenir, pero si dejamos que Dios se vengue y que Él intervenga en la vida de nuestros enemigos, con su justicia absoluta dará el escarmiento que ellos necesiten.
¿Qué es vivir por fe?
Es vivir sin rencor y sin amargura contra nadie. Es creer que Dios es el que está abogando por nuestra causa y que ninguna arma forjada contra nosotros prosperará. “Suya es la venganza”, dice la Biblia, y nuestra paciencia va a crecer y a madurar mientras esperamos que Dios tome acción contra nuestros enemigos.
Un cristiano amargado es un cristiano derrotado por el mal. Cuando el mal te derrota es porque no usaste las armas de la luz para contrarrestarlo. Si alguien te hace mal (te dejó tu esposo o tu novio se fue con otra) y te amargas, ¿qué estás haciendo? Estás guardando veneno y estás diciendo: "Dios mío, estoy frustrado porque yo quería que ella fuera para mí, que él fuera para mí".
Estas tratando de combatir las circunstancias y te enfrentas con un dilema. Esto es inútil, porque como ya lo decía Demóstenes, un gran filósofo griego: "Es inútil irritarse contra las circunstancias, porque estas permanecen impasibles ante vuestra cólera".
En otras palabras, es inútil que te irrites contra las cosas que son adversas, porque tu enojo y tu amargura no van a hacer que cambien las circunstancias, al contrario, te vas a autodestruir. Es por eso que dentro de la vida cristiana no puede existir el rencor ni la amargura contra nadie.
Ahora bien, en Romanos 12:20, Dios dice: “Si tu enemigo tiene hambre dale de comer, si tiene sed dale de beber porque haciendo estas cosas, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”. Dios me está diciendo que si me insultaron, no debo hacer nada en contra y no debo guardar rencor, pero además, debo tratar de ir con esa persona para hacerle un favor, para hacerle un bien.
La Biblia dice que “la fe está muerta si no tiene obras”. Por ejemplo: Si tu vecina hizo un escándalo hasta las cuatro de la mañana y no te dejaron dormir, estarás muy enojado. Quita los pensamientos vengativos. Hazle un pastel y dile: "Vecina, anoche no nos dejaron dormir, pero sabe una cosa, queremos decirle que les amamos; aquí le traigo un pastel”.
A ella le va a sorprender, no va a saber qué hacer, la vas a sacar totalmente de base, le vas a mover el tapete, (como dicen los jóvenes). En el momento en que hagas esto, en el momento en que le manifestemos nuestro amor a la persona que nos hizo mal, en ese instante comienza su juicio. A eso se refieren las “ascuas de fuego sobre su cabeza".
En ese momento Dios entra en acción, porque tuvimos fe. Él se hace presente en el escenario humano. Sin fe es imposible agradar a Dios: "No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”(Romanos 12:21).
No podemos destruir el mal, se nos manda vencerlo, nada más. Esta es la guerra de los siglos, la guerra cósmica desde que hubo la rebelión en el cielo. Una lucha entre el bien y el mal, donde al final Dios demostrará que es más poderoso el bien que el mal.
Si alguien te hace algo y le contestas de la misma manera, estarás pagando con la misma moneda y serás derrotado. La única manera de vencer el mal, es con el bien. Debemos comprender que “nuestras armas no son carnales, sino poderosas en el Señor para la destrucción de fortalezas" (2 Corintios 10:4).
Tenemos que comprender que el mal tiene que ser derrotado, no destruido.
Aunque veamos que el mal actualmente no está siendo destruido, no significa que nunca lo será. El problema está en que nosotros quisiéramos que hoy fuera destruido el diablo y que acabaran con todos los malos. Una vez, en el elevador de un hotel, una persona me abordó y me dijo: “Oiga, quería preguntarle por qué Dios no acaba con el mal de una vez por todas, si es todopoderoso". Yo me volteé y le dije: "Porque comenzaría con usted, así es que ¡dele gracias a Dios de que no ha sucedido eso!".
El Señor no retarda su promesa, el problema es que nosotros somos impacientes. Dios es paciente para con nosotros, no quiere que nadie perezca sino que todos procedan al arrepentimiento. Es por eso que Jesucristo todavía no ha venido a terminar con el mal y a acabar todas las injusticias. Quedan millones de seres humanos que necesitan ser salvados.
Esta es la razón por la cual no debemos caer en la trampa de la venganza: “No os venguéis vosotros mismos, amados mios, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Senor” (Romanos 12:19). En este versículo Dios nos dice que no debemos vengarnos si nos hicieron algo malo, pues el mal no es vencido con el mal, sino con.
No debemos responder equivocadamente a las diferentes situaciones que nos hacen daño, como a las calumnias (que hieran nuestra reputación), la persecución, el rechazo o que dañen algún objeto que nos pertenece. En fin, cualquier cosa que nosotros percibamos como una acción equivocada de la gente hacia nosotros. Dios nos manda nunca responder de la misma manera.
Vamos a partir de esa base y descubramos la razón que hay detrás de la sabiduría del Señor. Con estas palabras Dios nos dice que no le paguemos con la misma moneda a la persona que nos hizo daño, pues si creemos en Él, debemos dejar que sea Dios quien le pida cuentas a esa persona. Si nosotros nos vengamos, Él ya no puede intervenir, pero si dejamos que Dios se vengue y que Él intervenga en la vida de nuestros enemigos, con su justicia absoluta dará el escarmiento que ellos necesiten.
¿Qué es vivir por fe?
Es vivir sin rencor y sin amargura contra nadie. Es creer que Dios es el que está abogando por nuestra causa y que ninguna arma forjada contra nosotros prosperará. “Suya es la venganza”, dice la Biblia, y nuestra paciencia va a crecer y a madurar mientras esperamos que Dios tome acción contra nuestros enemigos.
Un cristiano amargado es un cristiano derrotado por el mal. Cuando el mal te derrota es porque no usaste las armas de la luz para contrarrestarlo. Si alguien te hace mal (te dejó tu esposo o tu novio se fue con otra) y te amargas, ¿qué estás haciendo? Estás guardando veneno y estás diciendo: "Dios mío, estoy frustrado porque yo quería que ella fuera para mí, que él fuera para mí".
Estas tratando de combatir las circunstancias y te enfrentas con un dilema. Esto es inútil, porque como ya lo decía Demóstenes, un gran filósofo griego: "Es inútil irritarse contra las circunstancias, porque estas permanecen impasibles ante vuestra cólera".
En otras palabras, es inútil que te irrites contra las cosas que son adversas, porque tu enojo y tu amargura no van a hacer que cambien las circunstancias, al contrario, te vas a autodestruir. Es por eso que dentro de la vida cristiana no puede existir el rencor ni la amargura contra nadie.
Ahora bien, en Romanos 12:20, Dios dice: “Si tu enemigo tiene hambre dale de comer, si tiene sed dale de beber porque haciendo estas cosas, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”. Dios me está diciendo que si me insultaron, no debo hacer nada en contra y no debo guardar rencor, pero además, debo tratar de ir con esa persona para hacerle un favor, para hacerle un bien.
La Biblia dice que “la fe está muerta si no tiene obras”. Por ejemplo: Si tu vecina hizo un escándalo hasta las cuatro de la mañana y no te dejaron dormir, estarás muy enojado. Quita los pensamientos vengativos. Hazle un pastel y dile: "Vecina, anoche no nos dejaron dormir, pero sabe una cosa, queremos decirle que les amamos; aquí le traigo un pastel”.
A ella le va a sorprender, no va a saber qué hacer, la vas a sacar totalmente de base, le vas a mover el tapete, (como dicen los jóvenes). En el momento en que hagas esto, en el momento en que le manifestemos nuestro amor a la persona que nos hizo mal, en ese instante comienza su juicio. A eso se refieren las “ascuas de fuego sobre su cabeza".
En ese momento Dios entra en acción, porque tuvimos fe. Él se hace presente en el escenario humano. Sin fe es imposible agradar a Dios: "No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”(Romanos 12:21).
No podemos destruir el mal, se nos manda vencerlo, nada más. Esta es la guerra de los siglos, la guerra cósmica desde que hubo la rebelión en el cielo. Una lucha entre el bien y el mal, donde al final Dios demostrará que es más poderoso el bien que el mal.
Si alguien te hace algo y le contestas de la misma manera, estarás pagando con la misma moneda y serás derrotado. La única manera de vencer el mal, es con el bien. Debemos comprender que “nuestras armas no son carnales, sino poderosas en el Señor para la destrucción de fortalezas" (2 Corintios 10:4).
Tenemos que comprender que el mal tiene que ser derrotado, no destruido.
Aunque veamos que el mal actualmente no está siendo destruido, no significa que nunca lo será. El problema está en que nosotros quisiéramos que hoy fuera destruido el diablo y que acabaran con todos los malos. Una vez, en el elevador de un hotel, una persona me abordó y me dijo: “Oiga, quería preguntarle por qué Dios no acaba con el mal de una vez por todas, si es todopoderoso". Yo me volteé y le dije: "Porque comenzaría con usted, así es que ¡dele gracias a Dios de que no ha sucedido eso!".
El Señor no retarda su promesa, el problema es que nosotros somos impacientes. Dios es paciente para con nosotros, no quiere que nadie perezca sino que todos procedan al arrepentimiento. Es por eso que Jesucristo todavía no ha venido a terminar con el mal y a acabar todas las injusticias. Quedan millones de seres humanos que necesitan ser salvados.
Gálatas 2:20
12 diciembre 2017
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Por Que Permite Dios el Mal
11 diciembre 2017
El Pastor Armando Alducin predica en su sermón sobre el mal y porque Dios lo permite
La mayoría de la gente se pregunta: ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Por qué se robaron mi carro? ¿Por qué se tuvo que morir mi hijo? Permíteme darte un ejemplo de la vida real: el dueño de una de las cadenas de televisión de noticias más grande del mundo, se casó con una ex actriz de cine. Este hombre iba a una iglesia cristiana-evangélica, como la mayoría de los norteamericanos. Cuando tenía diecisiete años de edad, su hermana fue diagnosticada con cáncer.
En sus memorias cuenta que clamó a Dios diciéndole: “Si tu eres Dios, sánala”. Dios no la sanó, y por eso, a los dieciocho años se hizo ateo. Se amargó contra Dios. Hasta la fecha, es uno de los hombres que más odia a los cristianos y a la Biblia en el mundo entero.
El rey Salomón fue un hombre muy rico también y lleno de tesoros; tuvo un trono de oro, miles de piedras preciosas, cientos de mujeres (esposas y amantes) y escribió: “No negué a mis ojos nada que mis ojos pudieran desear y después dije: Vanidad de vanidades es la vida. Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probara con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. A la risa dije: enloqueces y al placer: ¿De qué sirve esto?" (Eclesiastés 2:1-2).
Salomón descubrió que nada en la vida (de todas las riquezas, bienes materiales, placeres y mujeres que tuvo) le satisfizo. Su corazón seguía estando vacío y tratando de encontrar el verdadero sentido y propósito para lo cual había sido creado. Pero al contrario del personaje de nuestro ejemplo anterior, Salomón pudo encontrar en Dios al final de su vida, la razón de su existencia y las respuestas que su alma necesitaba para comprender los caminos de Dios.
Así pues, podemos preguntarnos:
¿Por qué existen terremotos, huracanes, inundaciones, fenómenos naturales que se llevan y devastan a miles de seres humanos? Por ejemplo: los acto terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York donde se estrellaron dos aviones y murieron más de tres mil personas que estaban dentro de las dos torres, más los pasajeros y tripulación de los aviones.
Cuando mueren colectivamente miles de seres humanos, nos impacta oír que mueran juntos. Cuando hay un terremoto y se lleva a mil o dos mil personas nos impresiona. Sin embargo, nunca nos hemos detenido a pensar que de algún modo y algún día, ¡todas esas personas se tenían que morir! A diario se mueren millones personas en el mundo, aisladamente, y no nos damos cuenta.
La vida y la muerte están a diario a nuestro alrededor, pero lo que más nos impacta es cuando mueren colectivamente. Esto nos parece una tragedia. Hay niños que todos los días se están muriendo de leucemia, que mueren en los terremotos, familias enteras que mueren en inundaciónes.
Todos tenemos la misma cita con la muerte, pero lo que más nos afecta es que ¡se mueran al mismo tiempo! Todos nos tenemos que morir tarde o temprano. Eso no nos da la facultad de decirle a Dios cómo queremos morirnos.
Todos quisiéramos morir tranquila y quietamente, pero esto no sucede así, la mayoría de las veces.. Solo Dios sabe la hora y la manera en que cada ser humano va a enfrentar la muerte.
Solo estamos seguros que todo tenemos la misma cita con la muerte: “Pues está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
Desgraciadamente, no siempre podemos dar respuestas que satisfagan a las almas humanas que están atravesando por diferentes desgracias.
Pero, no faltan personas que usan todos estos argumentos y los esgrimen con términos filosóficos para negar la existencia de Dios.
A esas personas sí podemos darles respuestas, pues sus principales argumentos son los siguientes:
1. No puede exister un buen propósito para el sufrimiento. Si el sufrimiento existe, no puede haber algo bueno detrás de ello.
2. Un Dios bueno no tendría un buen propósito para permitir todas esas cosas malas.
No puede existir un Dios que sea bueno y permita lo malo.
Si existe Dios, ¿por qué permite el mal en el universo?
Un dios bueno no haría eso.
Hace algunos años sostuve un debate en el Canal Once del Instituto Politécnico Nacional con un ateo, quien me lanzó esos mismos argumentos para decir por qué no creía en Dios. Yo le respondí con estos puntos:
1. Necesitamos hacer una distinción entre nuestro conocimiento finito del propósito del mal y el propósito de Dios para permitir el mal.
Ningún ser humano puede decir: "Yo sé por qué sucedió eso", pues tendría que ser Dios para hacer esa aseveración. Como no se conoce la razón, se le atribuye a que es algo malo y entonces, se pelea contra Dios. Según este razonamiento, no puede haber algo bueno detrás de aquellas cosas que no entendemos. Tenemos que recordar que Dios es infinitamente más grande y más poderoso que nosotros, y por lo tanto, Él tiene propósitos infinitamente más sabios.
Otro problema es nuestra falta de paciencia, como mencionamos anteriormente. Nosotros quisiéramos que Dios nos explicara sus motivos ahora, pero El nunca contesta de esa manera o en el tiempo que querramos nosotros. Ahora bien, aunque no conozcamos el propósito de Dios, podemos descubrirlo a través de la revelación que Dios nos ha dejado en la Biblia: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28).
Hace dos meses una muchacha se acercó a mi esposa y a mí y nos dijo: "Mi novio se fue. Yo fui buena con él y él se fue con mi mejor amiga. Dios sabía que yo lo quería y que nos íbamos a casar”. Mi esposa le dijo: "Sabes una cosa, te voy a dar un secreto: siempre que no entiendas lo que está pasando alaba a Dios, ¡alábalo! ¡No te imaginas el poder que está escondido dentro de la alabanza!
Alábalo y dile: Padre, no entiendo, pero solo se que tú lo permitiste. Yo no sé qué está pasando, en este momento no veo un propósito bueno, pero yo te alabo porque eres infinitamente sabio y sé que tienes algo mejor para mi vida".
Cuando tú entras con esta actitud en la presencia de Dios, demuestras que crees en El, pones en acción tu fe y Dios se agradará de ti. Espera en El, y El hará” . . Esta muchacha le habló a mi esposa meses después y le dijo: "Fíjese que un muchacho que conocí en un Seminario Bíblico, me ha pedido que si acepto ser su novia". Mi esposa le dijo: "Ya ves, ahora después de un tiempo entendiste lo que no habías podido anteriormente".
Esta jovencita descubrió que lo que creía que era malo, en realidad era una cirugía de Dios para quitarle un tumor que, posiblemente, le iba a hacer sufrir más adelante en su vida:
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con El todas las cosas?” (Romanos 8:32).
Muchas veces no podemos ver los propósitos de Dios al permitir que ciertas cosas sucedan, pero por esto no podemos asumir que no exista un buen propósito para algo solo porque no conocemos o no entendemos lo que tiene Dios detrás de ello. Esto es filosóficamente incongruente.
2. Algunos males nos traen mejores situaciones y mejores bienes.
Veamos un ejemplo bíblico: Si José no hubiera sido vendido por sus hermanos, no habría sido encarcelado por su pureza. Si no hubiera pasado esas cosas que al principio creía malas, no habría desarrollado el bendito hábito de no amargarse en la cárcel, de no amargarse contra sus hermanos y de mantener su confianza en Dios. Todas estas cosas "malas” que le sucedieron, formaban parte del programa de Dios para que él se llegara a ser, anos más tarde, el gobernador de Egipto. Solo así, toda su familia pudo evitar morirse de hambre.
Casi al final de su vida, José lo expresó con las siguientes palabras a sus hermanos:
“Ustedes pensaron mal contra mi, más Dios lo encaminó a bien…para mantener en vida mucho pueblo” (Génesis 50:20).
¿Quién es Dios?
Es el Dios que transforma en limonada los limones que nos avienta el diablo; es nuestro escudo, es el que detiene las flechas que nos quieren herir y lastimar.
Dios está controlando de todas aquellas cosas con las cuales el mundo nos quiere lastimar. El sufrimiento tiene un propósito maravilloso que contribuye a la formación del carácter:
“…nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que La tribulación produce paciencia” (Romanos 5:3).
Recordemos a Job: Perdió a su familia, su salud y todos sus bienes materiales,y por si fuera poco, ¡su esposa quejumbrosa se quedó con él! Yo estoy seguro de que Job hubiera querido decirle a Dios: “Señor, te la hubieras llevado a ella también”. Sin embargo, ¡Dios no se la llevó!
Detrás de todas esas cosas tragedias existen otras cosas maravillosas que nosotros, aparentemente, no podemos ver. Algunas personas creen que habría sido mejor para Dios haber creado seres humanos que no pecaran, pero esto es una imposibilidad teológica porque, como ya dijimos, no existiría la libertad. Claro que Dios sabía que las criaturas se iban a rebelar contra El; sabía que iban a abusar de la libertad que les confirió. El mal vino por el abuso de nuestra libertad, pero Dios lo permitió. En el libro de Job podemos encontrar algunas preguntas que Dios le hace al ser humano:
“¿Descubrirás tu los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alta que los cielos, ¿qué harás? Es mis profunda que el Seol, ¿cómo la conocerás? Su dimensión es más extensa que la tierra y más ancha que el mar” (Job 11:7-9).
Dios tiene secretos profundos y si hubiera algún ser humano que los conociera todos, ¡sería Dios! Por eso es que tiene que haber cosas escondidas que nosotros no comprendamos, ni entendamos, ni sepamos.
"Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios ¡mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley”(Deuteronomio 29:29).
Para que nuestra mente alcance la infinitud de la mente de Dios, tendríamos que ser dioses, y no lo somos. Esa perfección es más alta que los cielos, más profunda que el mar, su dimensión es más extensa que la tierra y más ancha que el mar: "Con Dios está la sabiduría y el poder, suyo es el consejo y la inteligencia" (Job 12:13).
¿Qué necesitamos para comprender la vida y el sufrimiento? ¿Qué necesitamos para entender por qué permite Dios el mal?... ¡Sabiduría!
Dios nos la puede dar porque es de Él. ¿Qué necesitamos para tener esa sabiduría?
“Ustedes pensaron mal contra mi, más Dios lo encaminó a bien…para mantener en vida mucho pueblo” (Génesis 50:20).
¿Quién es Dios?
Es el Dios que transforma en limonada los limones que nos avienta el diablo; es nuestro escudo, es el que detiene las flechas que nos quieren herir y lastimar.
Dios está controlando de todas aquellas cosas con las cuales el mundo nos quiere lastimar. El sufrimiento tiene un propósito maravilloso que contribuye a la formación del carácter:
“…nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que La tribulación produce paciencia” (Romanos 5:3).
Recordemos a Job: Perdió a su familia, su salud y todos sus bienes materiales,y por si fuera poco, ¡su esposa quejumbrosa se quedó con él! Yo estoy seguro de que Job hubiera querido decirle a Dios: “Señor, te la hubieras llevado a ella también”. Sin embargo, ¡Dios no se la llevó!
Detrás de todas esas cosas tragedias existen otras cosas maravillosas que nosotros, aparentemente, no podemos ver. Algunas personas creen que habría sido mejor para Dios haber creado seres humanos que no pecaran, pero esto es una imposibilidad teológica porque, como ya dijimos, no existiría la libertad. Claro que Dios sabía que las criaturas se iban a rebelar contra El; sabía que iban a abusar de la libertad que les confirió. El mal vino por el abuso de nuestra libertad, pero Dios lo permitió. En el libro de Job podemos encontrar algunas preguntas que Dios le hace al ser humano:
“¿Descubrirás tu los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alta que los cielos, ¿qué harás? Es mis profunda que el Seol, ¿cómo la conocerás? Su dimensión es más extensa que la tierra y más ancha que el mar” (Job 11:7-9).
Dios tiene secretos profundos y si hubiera algún ser humano que los conociera todos, ¡sería Dios! Por eso es que tiene que haber cosas escondidas que nosotros no comprendamos, ni entendamos, ni sepamos.
"Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios ¡mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley”(Deuteronomio 29:29).
Para que nuestra mente alcance la infinitud de la mente de Dios, tendríamos que ser dioses, y no lo somos. Esa perfección es más alta que los cielos, más profunda que el mar, su dimensión es más extensa que la tierra y más ancha que el mar: "Con Dios está la sabiduría y el poder, suyo es el consejo y la inteligencia" (Job 12:13).
¿Qué necesitamos para comprender la vida y el sufrimiento? ¿Qué necesitamos para entender por qué permite Dios el mal?... ¡Sabiduría!
Dios nos la puede dar porque es de Él. ¿Qué necesitamos para tener esa sabiduría?
- En primer lugar, tener a Cristo en el corazón.
- En segundo lugar, tener comunión con El a través de la Biblia.
- En tercer lugar, mantener una vida transparente, de santidad y de pureza en nuestro corazón.
Solo así, Dios nos revelará los secretos profundos de su conocimiento: “ El principio de la sabiduría, es el temor de Jehová” (Proverbios 1:7).
Vale la pena ser santos. "Con El está el poder y la sabiduría; suyo es el que yerra y que hace errar. El hace andar despojados de consejo a los consejeros, y entontece a los jueces".(Job 12:16-17).
Job se preguntó: “¿Mas dónde se hallara la sabiduría? ¿Dónde está el lugar de la inteligencia?"(Job 28:12).
¿En la Universidad de Harvard?
¿En los Montes del Himalaya o con los gurús?
¿Con el Dalai Lama?
¿Con Buda?
¿Con el Papa?
¿Con los filósofos griegos?
¿Dónde está la sabiduría?
No se encuentra en este planeta, ¡se encuentra en Dios! "No conoce su valor el hombre, ni se halla en la tierra de los vivientes" (Job 28:13). La Biblia nos revela que Cristo vino del cielo, que El es la verdad, el camino y la vida y que “en Él están encerrados todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento" (Colosenses 2:3).
"¿De dónde, pues, vendría la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia? Porque encubierta está a los ojos de todo viviente y a toda ave del cielo oculta".
¿Por qué contiendes contra El? Porque El no da cuenta de ninguna de sus razones" (Job 28:20-21; 33:13). Los ateos se seguirán rompiendo la cabeza contra la pared, pues jamás en lo finito de sus pensamientos comprenderán los caminos y los pensamientos de Dios, pues “sus pensamiento no son nuestros pensamientos, ni sus caminos son nuestros caminos” (Isaías 55:8-9).
Friedrich Nietzsche, el ateo alemán, escribió: "Dios está muerto”, pero al final de su vida, murió loco en un hospital psiquiátrico, y Dios ¡sigue aun vivo!
Jean Paul Sartre, el padre del existencialismo francés en los años sesenta, escribió los libros: “La nausea” y “El muro”. Estas son dos obras clásicas y famosas de de la literatura atea.
Lo irónico de su vida es que, antes de morir, dijo: “Toda mi vida me he dado cuenta de que esto es como un muro frente a mí que ya no puedo pasar”. ¡Reconoció su finitud intelectual!
Trató por medio de su mente finita darle respuesta a problemas que trascienden la capacidad humana. También escribió al final de su vida:
“Choco como contra una pared, y aunque yo se que Dios siempre me ha perseguido, muero desesperado porque sé que es demasiado tarde para buscarlo". (El Muro-Jean Paul Sartre). Así es la estupidez de creer que a través de nuestra mente, de suposiciones filosóficas, o de razonamientos, vamos a contender contra Dios y lo vamos a entender.
“He aquí que Dios es excelso en su poder. ¿Qué maestro es semejante a Él? ¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Quién le dirá que ha hecho mal?” (Job 36:22-23).
El libro de Job nos habla de todas estas cosas, pues a través de todos sus sufrimientos nos revela todos estos secretos de la sabiduría de Dios. Gracias a su paciencia y a su confianza pudo comprender, finalmente, la razón por la cual Dios había permitido que todas estas cosas sucedieran en su vida. A pesar de no tener respuesta inmediata del Señor, confesó su esperanza en Dios con estas palabras:
“Yo sé que mi Redentor vive y al fin se levantará del polvo, y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios….aunque mi corazón desfallece dentro de mi” (Job 19:25-27).
¿Qué es lo que nos enseña el libro de Job?
La fe ante lo desconocido.
David escribió: "En el día que temo, en ti confío”.Toda nuestra vida debe ser de confianza en Dios. Debemos decirle: "No entiendo Señor, pero sé que si tu lo hiciste, no necesito entenderlo, sino confiar. Solo te pido, dame tu paz”.
Con su paz atravesaremos los valles de sombras y de muerte.
''Además, respondió Jehová a Job, y le dijo: ¿Es sabiduría contender con el omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto. Entonces respondió Job a Jehová, y dijo: He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé?” (Job 40:1-4).
Finalmente, Dios comienza a revelarle a Job todas las cosas que no podía entender:
"Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía, cosas demasiado maravillosas para mi, que yo no que si tu lo hiciste, no necesito entenderlo, sino confiar. Solo te pido, dame tu paz”.
Con su paz atravesaremos los valles de sombras y de muerte.
''Además, respondió Jehová a Job, y le dijo: ¿Es sabiduría contender con el omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto. Entonces respondió Job a Jehová, y dijo: He aquí que yo soy vil; ¿qué te responderé?” (Job 40:1-4).
Finalmente, Dios comienza a revelarle a Job todas las cosas que no podía entender:
"Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía, cosas demasiado maravillosas para mi, que yo no comprendía"
(Job 42:2).
Este es el resumen de la historia humana. Los filósofos y los ateos hablan cosas que ni ellos entienden. Tratan de competir y de retar a Dios diciéndole: "Te equivocaste en todo lo que hiciste, porque si yo me hubiera sentado en tu trono lo habría hecho mejor”.
¡Se creen que hubieran podido hacer un mundo mejor!
¡Se creen mejores, más buenos y más misericordiosos que Dios!
¡No saben lo que dicen!
Por eso dice la Biblia, que cuando nosotros confiamos en el Señor, El es fortaleza en el tiempo de nuestra angustia.
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