Rodrigo Cárdenas B.
Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.
Hay una frase que declaró el apóstol Pablo que siempre me llamó mucho la atención, la que dice "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí". Han pasado algunos años, y es esta afirmación de Pablo, que nos la dice en su carta a los Gálatas, la inspiración del siguiente mensaje; que hoy comparto con ustedes. Espero en nuestro Dios y Señor, que nos de la sabiduría y revelación, para poder compartirlo y entenderlo en su gracia y voluntad, que así sea. Amen.Primero, antes de entrar en el desarrollo de la palabra; es importante que lean estos tres pasajes de las Escrituras que he seleccionado; los que usaré para aclarar algunas cosas.
Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. Gal 2:19-21
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Fil 3:12-14
Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 2Ti 4:6-8
Los tres textos corresponden a tres cartas distintas escritas por Pablo, en el tiempo de su ministerio (servicio). Estás cartas, están escritas en forma cronológica en el transcurso de su vida; y en el desarrollo (crecimiento) de la misma.
La primera cita, es de la carta a los Gálatas; que fue escrita mientras el viajaba en sus viajes misioneros.
La segunda fue escrita en el periodo de su prisión en Roma, por testimonio del evangelio.
Y la tercera fue escrita al final de su vida, al final de su ministerio, al final del camino.
Ahora, teniendo claro el orden cronológico de las cartas, podemos hacer la siguiente observación.
1º Pablo escribió, más o menos en la mitad de su camino en Cristo: "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí" a los Gálatas.
2º Pablo escribió tiempo más tarde, lo siguiente en Filipenses “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo…”
3º Pablo escribió, al final de su caminar en esta tierra. “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día...” a Timoteo.
Es importante tener claro el orden cronológico de las cartas; ya que en ese orden podemos ver tres cosas importantes.
Primero: cuando Pablo afirmo “y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", no fue al final de su caminar en la tierra (cómo alguno pudiera imaginar), sino por lo menos en aprox. la mitad de su ministerio (lo que no significa que no lo haya podido decirlo mucho antes).
Segundo: Se puede ver que Pablo estaba corriendo una carrera (peleando la buena batalla, guardando la fe, sosteniendo la gran lucha) en esta tierra; a pesar de ser apóstol, el seguía en carrera hasta el final de su vida. El declara explícitamente que aún no ha alcanzado el objetivo final de su llamado, por lo cual se extendía por asir (tomar) aquello para lo cual ya había sido tomado por Cristo. Aquí hay algo tremendo que trastorna las doctrinas humanas y las hace dar botes y botes, Pablo se extendía por tomar aquello para lo cual, ya había sido tomado (pasado) por Cristo. ¿Lo ves? Esto es lo que Jesús declaro: “Permaneced en mí, y yo en vosotros” Juan15:4. Hay dos condiciones, El en nosotros y nosotros en El. Luego el llamado es a: “permaneced en él”. Pues el ya permanece en nosotros, si es que le hemos recibido.
Tercero: Pablo tuvo testimonio de haber cumplido el propósito en Cristo, de haber agradado a Dios al final de su tiempo (por gracia); por lo que tuvo el testimonio del Espíritu Santo que ya debía partir con el galardón completo. Esto es tremendo en importancia, porque es el propósito por el cual seguimos viviendo acá en la tierra; si no existiera este propósito grandioso no tendría ningún sentido seguir soportando este mundo, cuando ya somos salvos y tenemos vida eterna por medio de El; hay un llamamiento celestial en Cristo Jesús que debemos responder y tenemos el privilegio (oportunidad) de alcanzar por medio de la fe.
Nota: Si alguno piensa que somos siempre unos pobres y tristes pecadores, que nunca agradaremos a Dios; y por lo tanto, estamos destinados a andar de tropiezo en tropiezo, lea lo siguiente: Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Heb 11:5 ¡Hay una forma de agradar a Dios! Si, la hay; y es por medio de la fe. Recuerden que debemos pelear la buena batalla de la fe; los que la pelean vencen… (los cobardes arrancan y no pelean; ya que no creen; si creyeran la pelearían y vencerían en Cristo…) Lo dijo Pablo en su última carta: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 2Ti 4:7 Antes de ser transpuesto, Enoc tuvo el testimonio de haber agradado a Dios, esto es importante de entender.
Teniendo claros estos tres aspectos (incluida la nota), podemos ver en detalle lo siguiente:
Pablo cuando declaró "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", como dijimos, no era que ya había alcanzado el propósito de su caminar aquí en la tierra; ya que podemos ver en su carta posterior a los Filipenses, él mismo declara que no ha alcanzado aún, el objetivo o meta de esta carrera “…la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor…”Fil 3:8, es decir, podemos afirmar que esta afirmación de Pablo "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", no es la consumación del caminar en la fe; sino que es por lo menos, una etapa que debemos todos alcanzar (veremos que se alcanza por fe, ya que es una realidad que debemos creer).
El propósito final (la meta) la alcanzó al final de su vida (de hecho es al revés, su vida en la tierra termina cuando alcanza el objetivo); como lo vemos en su última carta a Timoteo (2 Ti4:6-8), cuando Pablo esta para ser sacrificado (recordemos que fue decapitado), es decir, Dios lo guardo hasta que alcanzó la meta acá en la tierra (por gracia); esto es muy importante de entender. Pablo estuvo en este peregrinar en la tierra hasta el momento justo que alcanzó la meta, por eso tiene corona; cuando uno llega a la meta y vence en la carrera obtiene corona; los que no llegan a la meta, no pueden obviamente tener corona. Dios guardó la vida de Pablo de todas sus travesías, naufragios, persecuciones, azotes, etc. etc; hasta el momento que alcanzó el propósito final, es decir, la meta; era imposible que Pablo hubiese muerto antes de este tiempo; ya que Dios nos guarda hasta el momento final, si caminamos a la luz de El. El Señor nos lo dijo “¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.” Juan 11:10 ¿Que nos enseña esto? Nos enseña que siempre que caminemos en la luz, no tropezamos; recordemos que Cristo es la luz del mundo. Cuando caminamos con y en Cristo, no tropezamos y avanzamos en este camino.
Hay algo que debemos conocer, creer, entender y experimentar. Eso se llama la cruz de Cristo. Pablo en su carta a los Gálatas, cuando dijo "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", lo dijo en medio de su vida como cristiano y siervo de Dios en esta tierra, y no como lo último que él hubiera alcanzado; no lo dijo como su última frase sobre la tierra; sino que la exclamo, por lo menos, en medio del caminar. Esto es importante entender, ya que si queremos avanzar debemos darnos cuenta que esto es un requisito en el Camino.
Siempre pensé, cuando sería ese día en que pudiera exclamar como Pablo "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí"; ¿Y sabes cuando ocurre?, ¿Sabes cuando puedes exclamar con Pablo esta gloriosa y misteriosa frase?
Lo puedes declarar cuando lo crees; si hermanos lo puedes declarar cuando empiezas a entender el verdadero evangelio de la cruz de Cristo; y por fe te consideras muerto para la ley, muerto para el pecado y muerto para el mundo Esto querido hermanos, es una realidad que ya ocurrió con todos los verdaderos creyentes, es decir, con los hijos de Dios. Estamos con Cristo juntamente crucificados y con Cristo juntamente resucitados; muertos para la ley, muertos al pecado, muertos al mundo; pero vivos para Dios. ¡Aleluya!. Esto es grandioso; esto ya ocurrió; esto ya está hecho. Lo que Pablo declara es la realidad de las cosas que él ya las entiende por revelación y entendimiento que le ha dado Dios, por medio de su Palabra. Hermanos, es este el camino de la cruz; donde se manifiesta la muerte de Cristo y la vida poderosa de Cristo en nosotros, que no puede ser destruida por la muerte; la vida eterna…Es este el camino de la fe, donde hay frutos del Espíritu de Cristo.
Podemos ver hoy hermanos, que no es soberbia declarar hoy con Pablo "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí"; sino es que estas avanzando en la fe y en el conocimiento y entendimiento de Dios y su obra. Hoy todos podemos decir con propiedad "y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí", pero serán sólo palabras, hasta que lo creas de corazón y vivas conforme a esa realidad, es decir, conforme a la verdad.
Si hoy lo declaras y lo crees, tu caminar será en esa realidad; y avanzaras en este Camino; si aún no lo crees y lo miras de lejos y desconfianza; te aviso que aún estas en desconocimiento e incredulidad que no te permite disfrutar de la plenitud de aquel que todo lo llena en todos; es Aquel que nos dijo hace tanto; que hoy nos dice lo mismo“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.” Mat 16:25 Y recuerda que Dios no puede ser burlado.
Cuando quieres salvar tu vida en este mundo, la empiezas a perder, ¿Por qué? Porque empiezas a caminar en el mundo, persiguiendo cosas del mundo, amando las cosas del mundo y malgastando tu vida en lo vano y temporal. Sembraras para las cosas del mundo y segaras corrupción. Invertirás tu vida en lo que es pasajero y está destinado a no ser más. ¿Qué obtendrás de todo eso? Lo más que puedes obtener, es lo que el mundo te puede ofrecer (si es que las llegas a conseguir); riquezas materiales, conocimiento humano, gloria humana, placer para la carne y poder mundano, todo temporal, es decir, un suspiro de grandeza y luego un frío cajón bajo tierra. El mundo no te puede dar, más que lo que el mundo tiene (y el mundo no tiene más que vanagloria y desolación); y el mundo hoy está gobernado por el príncipe de la maldad y la mentira; de seguro sólo lograrías obtener para el deleite temporal de tu carne; pero sed y hambre eternas para tu alma.
Cuando pierdes la vida por causa de Cristo, la hallas. Es decir, cuando andas en el Espíritu caminando por fe; empeñando por gracia tu vida en alcanzar a lo que ya fuiste llamado; tomando lo que te ofrece el mundo entero, por basura por alcanzar la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús. Cuando destinas todos tus recursos en adquirir ese campo que guarda un tesoro precioso, incontable en inmensidad; y con gozo cada día verás cuan verdaderas y fieles son las palabras de nuestro Señor y Maestro. Cuando entiendes, que si Cristo ya murió por ti, habiendo sido tú un pecador condenado; ahora que eres hijo por su sangre y por su gracia (regalo) ¿Cómo no te dará todas las cosas? Si ya hizo lo más costoso y difícil; si ya sufrió la cruz por ti; entenderás que el resto está dado por añadidura y no debes vivir en pos de las añadiduras; sino en pos de Cristo, tu Señor, Salvador y Maestro.
Dice el Señor: El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Jn 10:10 El ladrón, el enemigo (Satanás) viene para robar, matar y destruir (es bueno tenerlo muy claro, ya que cada vez que le obedeces, a veces sin saberlo, los resultados serán robo, muerte y destrucción); pero nuestro Señor nos deja muy claro que él vino, no sólo para que tengamos vida; sino para que la tengamos en abundancia; si abundancia. Alguno pensará, que las palabras de la cruz no son muy atractivas para la carne, o son muy fuertes. Y efectivamente, para la carne son muerte; pero para tu alma son salvación eterna. Para la carne son el anuncio de lo que ya ocurrió; pero son liberación de tu alma y espíritu; para servir a Dios. Pero nuestro Señor ya vino a deshacer las obras del maligno, y esto es una realidad; ya que el maligno no tiene poder sobre nuestra nueva naturaleza que es en Cristo Jesús. Recuerda lo que nos dice el Señor: El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 1Jn 3:8 Sólo a través de la cruz, cruzamos de la carne a la vida en el Espíritu; sin pasar por la cruz, nos quedamos del lado en que el Diablo aún tiene dominio sobre la carne para destrucción, robo y muerte.
¿No crees que es mejor andar al otro lado de la cruz donde el maligno no tiene parte?
¿No crees que es mejor caminar junto al Señor en el Reino de Dios?
¿Por qué muchas veces andamos como si viviéramos aún en la carne, ignorando nuestra realidad en Cristo?
Lo hacemos por ignorancia, en incredulidad. Debemos entender que nuestra vida está en Cristo al otro lado de la cruz; es decir, resucitada para con Dios. Y esto hermanos es tremendo y grandioso, porque estamos junto a Cristo sentados en lugares celestiales… ¡ALELUYA! Esto es muy, pero muy grande para poder explicarlo con palabras; debemos acudir a nuestro Padre Y Señor, para que nos ayude y revele estas cosas que son grandiosas y podamos creer y andar respecto a la realidad; si realidad; la verdadera realidad de las cosas; y no la realidad material que ven nuestros ojos carnales.
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Col 3:1-4
Esta muy claro, todos los que hemos resucitado con Cristo, somos llamados a buscar las cosas de arriba, ¿Dónde? “donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”. Amigos y hermanos míos, ¿Habrá algún lugar más alto en la creación? NO es más alto que todo lo creado; no hay nada creado más alto que esa posición. ¿No es como para cantar y bailar de alegría y jubilo, lo que Dios ya ha hecho con nosotros los que creemos? Si hermanos, es para dar gloria, honor, alabanza y adoración eternamente a nuestro Dios creador y al Cordero que fue inmolado.
¿Dónde querido amigo, quedan tus proyectos, tus ambiciones, tus aspiraciones de este mudo? Si ves el llamado, veras que es sólo basura y pérdida de tiempo por alcanzar, aquello para lo cual ya fuiste alcanzado por Cristo. Tú decides, si quieres salvar tu vida; la perderás y si la pierdes por causa del Señor, la encontrarás. ¿Lo puedes creer?, ¿O debes clamar a tu Dios y Señor, que te ayude en tu incredulidad? Hoy todavía hay tiempo de pedir, llamar y buscar…
Luego en Colosenses dice “Porque habéis muerto”, lo dice explícitamente como algo ya ocurrido, no como algo futuro; sino como algo que ya ocurrió. Andemos hermanos en esta realidad, donde entramos en los dominios celestiales; y el reino de la tinieblas, ya no tiene poder alguno sobre nosotros; andemos del lado de la cruz que debemos andar; es decir, del LADO DE LA VIDA Y LA VIDA EN ABUNDANCIA.
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.1Jn 2:15
Cuando amas el mundo y las cosas que están en el mundo, el amor del Padre no está en ti. ¿Cómo, Dios no me ama? No Dios te ama por misericordia, pero el amor del Padre no está en ti, mientras tú amas el mundo y las cosas del mundo. Recuerda lo que dicePorque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Jn 3:16 Dios amó de tal manera al mundo, que entregó su Hijo para que todo aquel que en él cree, NO SE PIERDA, es decir, no muera eternamente (no sufra eterna destrucción). Dios amó a todos los hombres, y ha dado lo más precioso, alto, excelso por ellos, a Cristo. Sin los hombres merecerlo, sólo por misericordia. Pero, cuando centras tu amor en las cosas que se ven del mundo, en la vana gloria de la vida, el amor del Padre no está en ti; y por ello, no lo puedes disfrutar, gozar ni percibir. Cuando amas a tu Padre y Señor (por ende a tus hermanos), cuando amas las cosas de arriba, el amor del Padre está en ti; y lo puedes percibir, disfrutar y gozar. No amemos hermanos, aquello para lo cual ya estamos muertos; sino amemos para lo cual vivimos; y tenemos tremenda esperanza de gloria. Recuerda que donde está nuestro tesoro, estará nuestro corazón; si tus tesoros son del mundo; tu corazón estará en el mundo; si tus tesoros están el lo alto; tu corazón estará en lo alto.
¿Y como saber donde hoy está tu corazón? Es fácil, sólo escúchate a ti mismo; tu lo dices en cada minuto: “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Mat 12:34 Nuestros labios nos delatan, ellos hablan de lo que abunda en nuestro corazón.
Hoy en día, la palabra de la cruz de Cristo es muy desconocida; y por eso hay tal espectáculo de doctrinas e interpretaciones humanas de las Escrituras contradictorias; hay una inmensidad de palabrería y una falta absoluta de poder de Dios manifestada en tantos charlatanes (ojo, no todos lo son); muchos buscando manifestaciones de Dios caen en sensualismos y extravagancias; por su ignorancia son arrastrados muchos por doctrinas extrañas y falsos maestros; hombres que son “animales irracionales”, es decir, “álogos”, es decir, sin logos, es decir; sin Palabra, es decir, sin Cristo.
Mira como Pablo lo decía LLORANDO, muchos enemigos hay de la cruz de Cristo; y mucha ignorancia hay hoy en día de la Cruz de Cristo. Pablo lloraba, por la gravedad de lo que significa no predicar esta palabra y ocultarla…
Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. Fil 3:18-21
¿Y sabes que más hay detrás de estas palabras de la cruz de Cristo?, mira y lo verás…
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 1Co 1:18
¿No es tremendo lo que el Espíritu nos quiere revelar?
Bueno, para ello necesitamos que sea el Espíritu Santo el que nos hable y nos enseñe estas cosas; para que estas palabras sean espíritu y vida en nosotros. (Necesitamos que estas palabras pasen de logos a jréma). Y no sean una doctrina entendida sólo con la mente.
¿Y sabes por que hoy en día, como ayer también lo fue, es tan resistida, ignorada y rebatida la palabra de la cruz?
El enemigo combate esta palabra, porque detrás de ella hay poder de Dios en nosotros; y eso lo somete a nuestros pies; sin la cruz no hay poder, con la cruz hay poder de Dios en los que se salvan.
Mientras estemos entretenidos con cualquier doctrina terrenal, carnal o demoníaca, o entretenidos con nuestros proyectos en este mundo, y no entendamos y creamos estas palabras de la cruz, no hay poder de Dios en nosotros; y el enemigo quisiera que siempre estemos en ignorancia e incredulidad de estas cosas; pero hermanos, la hora ha llegado de creer y avanzar en este camino maravilloso que Dios nos ha abierto por su Hijo. Amen.
“pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”; (griego:δύναμις dúnamis), es fuerza, es poder milagroso, es eficacia, es maravilla, es capacidad, es dar, es potencia, es potestad; todo en nosotros. ¿Te empieza a quedar más claro por que la palabra de la cruz es tan combatida por el enemigo? Porque te da la clave del éxito en este camino, te da la clave del éxito de tu vida, te da todo lo que nunca podrías llegar ni siquiera a imaginar…Y sobre todo, actúa el poder de Dios en tu vida; si hermanos actúa el poder de Dios en nosotros. ¡ALELUYA! Gracias Padre Y Señor; por esta palabra de la cruz, que podamos oírla, creerla y entenderla; por tu gracia. Amen.
Este poder es el que sostiene y te levanta, no es tu poder humano; este poder te hace llegar al mismo lugar en que hoy está sentado Cristo a la diestra de Dios.
Esta es parte de la oración de Pablo, que hoy oramos para que se cumpla en nosotros. Sin que sean iluminados nuestros ojos, sólo lo podremos imaginar y no ver con revelación y entendimiento, la realidad a la que fuimos llamados:
Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; Efe 1:15-21
Este mismo poder que operó en Cristo, es el que opera en nosotros, por la palabra de la cruz. Para el mundo locura, pero para nosotros poder de Dios.
¿Cuál es nuestra gloria?
Nuestra gloria es la cruz de Cristo, por medio de la cual estamos muertos para el mundo y el mundo muerto para nosotros; es esa la realidad de las cosas; en los que han resucitado con Cristo Jesús. Vivamos conforme a la realidad, es decir, conforme a la verdad. Si ignoramos la realidad; si ignoramos la verdad o no la creemos; seremos nosotros los que sufrimos las consecuencias de nuestros errores (pecados).
Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Gal 6:14
Y hoy hermanos podemos decir junto a Pablo:
Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Gal 2:19 : La ley nos mató, por nuestro pecado. Y es esa la relación que hoy tenemos con la ley; estamos muertos para la Ley, a fin de vivir para Dios. La ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. Y nosotros ya no estamos sujetos a la ley, sino que le pertenecemos a otro; a Jesucristo nuestro Señor. ¿Por qué no estamos sujetos a la ley? Porque estamos muertos para la ley, pero vivos para Dios. Era la única forma que había de que fuéramos libres de la ley; o por derogación de la ley; lo que no puede ocurrir; ya que la palabra de Dios permanece para siempre; o por muerte del que está sujeto a la ley, es decir, nosotros. Más muertos y resucitados juntos con Cristo.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gal 2:20 Lo podemos decir con toda confianza y certidumbre de fe; con Cristo estamos juntamente crucificados, y ya no vivimos nosotros, sino que Cristo vive en nosotros; esa es la verdad; nos queda hoy el paso de fe; “y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”, lo que aún vivimos en la carne, lo vivimos en la fe del Hijo de Dios, lo vivimos en la confianza de su amor personal a cada uno de nosotros, por su misericordia. Sabiendo que se entregó personalmente, por ti y por mi.
No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. Gal 2:21 NO desecho (adsetéo: poner a un lado, separar, desestimar, neutralizar o violar:-rechazar, violar, desechar, invalidar) la gracia de Dios. Entiendo que no hay otro camino para nosotros, que el que Dios ya estableció; porque por la ley es imposible alcanzar justicia para con Dios; y si la justicia se alcanzase por la ley; demás murió Cristo.
Hermanos, sólo una última palabra; y es que nos encomendemos a nuestro Padre y Lógos (Palabra); que tiene poder para edificarnos y darnos la herencia con todos los santificados. Es la oración que realizó Pablo antes de partir a su cautiverio y tuvo que dejar a sus hermanos…
Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. Hch 20:32
Amen.
Rodrigo
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