POEMAS MISIONEROS

20 marzo 2016

Autor: John MacArthur

ENVIAD APRISA MISIONEROS

Oíd el clamor de las naciones
Y vuelve el eco a resonar,
Es gemido de pobres corazones
Que no cesan ansiosos de clamar:
“Enviad aprisa misioneros
Las buenas nuevas hoy a predicar;
¿No os envió cual mensajeros
El Maestro su evangelio proclamar?

¿Guardarás silencio tú, cristiano
Ante este reto y gran clamor?”
¿Dejarás que muera el pagano
Sin conocer su amante Redentor?
¡Vergüenza y confusión te esperaría
Si negares al perdido salvación,
Infiel a Cristo tú serias
Si no compartes la eterna redención!

Perecen las almas por millares
Por las cuales el Cristo ya murió,
Adoran, se postran ante mil altares,
La sed de sus almas su dios jamás sació.
¿Les dejarás servir a dioses muertos
Mientras hoy tú conoces la verdad?
¿Les dejarás llegar a infernal puerto
Mientras pretendes tú gozar la Eternidad?


Si hoy no compartes tu abundancia
De la vida, de la gracia, del perdón lo que piensas para ti como ganancia
Tornárase en vergüenza y perdición;
El Cristo te dirá severamente:



“tuve hambre y no me diste de comer,
Preso estuve y me olvidaste plenamente,
Al infierno, a las llamas siempre arde.”


LA MIES ES MUCHA

La mies es mucha, mucha
Ya cubre el vasto mundo,
De norte y sur se extiende
Y a toda latitud;
La espiga ya dorada
Paciente hoy se inclina
Y aguardad la cosecha
La inmensa multitud.

¡Cuán pocos los obreros
Que firmes hoy se aprestan
A ir por todo el mundo
La mies a cosechar!
Avancemos los pocos
Hagamos la cosecha,
Roguemos que otros vengan
También hoy a segar.

El día ya declina
Las sombras se ciernen
Podrán fin a la siega
Y no habrá oportunidad;
Redimamos el tiempo
Hagamos la cosecha
Que las almas se pierden
En densa oscuridad.

En viaje a New York a Puerto Rico a 35,000 pies de altura , 29 de marzo 1967
Rev. Luis M. Ortiz


NO CALLARÉ

Un mandato, Señor, tú me ordenaste
De cumplir la grande  comisión;
Una gran encomienda me confiaste,
La labor de la evangelización.

Si yo callara las piedras hablarían
A otro llamarías si me negara,
Mi talento a otro tú darías
Y en tinieblas eternas yo morara.

¡No callaré! Iré por todo el mundo
El evangelio glorioso predicando,
No importando el ataque furibundo
Mientras la semilla voy regando.

Un día escucharé la bienvenida
Cuando toda lágrima y dolor habrá pasado
Y llegaré triunfante llevando las gavillas de las almas salvadas que he ganado.



PASÓSE LA SIEGA

Ezequiel 3:16-21

Era en primavera.. la mañana hermosa
Llena de perfumes, de trinos, de sol,
Se infiltró alegre y gozosamente
Dentro de los pliegos de mi corazón…

El Maestro vino y habló quedamente:
“No irás a mis campos como sembrador”
… Pero la mañana me llenaba el alma, y dije:”Maestro déjame quedar..”

Y llegó el verano y el primer rocío que cayó abundante sobre las amplias mies;
Y posó en el aire su hálito quedante;
Con mano piadosa refrescó mi sien.

De nuevo el Maestro se acercó y me dijo; “mis tiernas espigas ¿No irás a cuidar..?
…. Pero tan lindo, tan lindo el verano,
Que dije sintiendo mi pecho cantar:
“cuando el verano apague sus luces;
Iré a tus semillas gozoso a cuidar..”

Y llegó el otoño en una explosión
De color y luz lo incendiaba todo…
Con sus chispas de oro todo lo cubría,
Todo lo cubría con regio capuz..

El maestro entonces, se acercó y me dijo;
“No irás a mis campos como segador..?
Si no te retardas aún llegas a tiempo...”
… Mas dije: “Maestro, déjame quedar;
Cuando haya gozado la ambrosia de otoño
Correré a tus campos y podré segar...”

Y llegó el invierno, todo estaba blanco..
Hacía mucho frío, no brillaba el sol;
Voluntario, entonces me entregué al Maestro;
y en aquel instante todo se lo dí;
Todos mis esfuerzos, todos mis anhelos
Todo don precioso que habitara en mí..

Mas El, tristemente, movió la cabeza..
“Pasó la cosecha- me dijo- Solo hay
Un poco de trigo que no se juntó…
Mas fue tu descuido el que lo dejó..
El pasar del año pasaste afanoso;
Cuando yo llamaba no oíste mi voz.”
¿De qué sirve ahora mi remordimiento?
¿Qué será del trigo que no se juntó…?


¿POR QUÉ NO DAS EL MENSAJE?

¿No escuchas tú las mil voces
De las almas el clamor,
Pidiendo las buenas nuevas
Del Evangelio de amor?

Mueren en su agonía
Por quienes cristo murió
¿Por qué no das el mensaje
Del Cristo que les salvó?

Jesús vio las multitudes
Derramadas sin pastor,
Y lloró compadecido
Con un profundo dolor.

A tu derredor hay muchos
Que están en gran perdición
y tú nunca les has dicho
de esta gran salvación.

Estemos bien ocupados,
Salvando al pecador,
Que Cristo entregó su vida
Para ser su Salvador.

Cristo ordenó a nosotros
Cumplir la gran comisión
De ir por todo este mundo
Predicando redención.

Ayúdanos a ganar almas para el reino del amor,
Orando y cooperando
Hasta que venga el Señor.


¿POR QUÉ TAN POCOS LOS OBREROS?

Estaba en la plataforma
Y escuchaba la lectura,
La Palabra  que transforma
Por ser tan bella y tan pura:
“La mies en verdad es mucha
Mas los obreros son pocos,
Rogad al Señor que escucha
Que envíe obreros, no pocos,”

Pregunté yo a mi Señor;
¿Por qué tantos se dedican a tanta
Otra labor
Y son tan pocos que predican?

Cual un rayo la respuesta
Hirió hondo el corazón:
“Hay poca gente dispuesta a obedecer mi clamor.”

Su presencia llenó el templo
Yo escuchaba con ardor,
No pudiendo por más tiempo
Me rendí de corazón:

Por lo inmenso que es la mies
Y escasez de los obreros,
Heme aquí, vengo a tus pies
Para llenar tus graneros.

 3 de diciembre de 1968
Rev. Luis M Ortiz





Las lágrimas que riegan el sendero
Son gotas venturosas
Del ánfora filial del misionero,
Que al caer se convierten en rosas;
Son perlas de buen precio
Porque Dios las estima y valora
A despecho del denuesto y del desprecio:
¡Ellas son como gotas de aurora!
En el lado del mundo caen y ruedan
Convirtiendo la arcilla en oro fino;
Tras ellas tesoros hay que quedan
Hermoseando a lo largo el gran camino.
La visión interior va a la mirada
Arrancando, al efecto, el hondo llanto
Que aminora el dolor en la jornada,
Proveyendo al viador consuelo santo
¡Cuán hermosos los pies del que predica
del Señor la gloriosa y áurea fiel
así andando y llorando, es culta y rica
la región que recorren los pies.
Las lágrimas que riegan los eriales
Son gotas de rocío
Que suben de escondidos manantiales
Del fiel heraldo pío…
Y horizontes de pueblos se columbran
A la vista de esos ojos que lloran…
Ojos que como soles son, que alumbran
Dando al mundo sombrío sus auroras.
Misionero veraz, flor mañanera,
Que anuncias de la Gracia sus promesas.
¡Al fin disfrutarás de tu quimera
en lugares de gloria y de fulgores!
Donde el cierzo invernal jamás acosa
Y no existen letales inquietudes;
Y es más suave que céfiro y la rosa
La canción de triunfantes multitudes.
¡Ya vuelve el sembrador con regocijo!
¡Impregnados de luz están sus ojos!
Su alma es un laúd, pues Dios bendijo
Su labor ; y ya ostenta sus manojos.
Es la tarde en la vida del heraldo.
El erial que sonó ya está sembrado:
¡Ya florece el rosal do hubo cardos,
y do hubo espinas sube el trigal dorado!
Una página nívea allá en el cielo
Queda escrita con oros celestiales
Por cada gota de llanto, que consuelo
Derramara en los débiles mortales.
Y tras él un clarín de bendiciones
Resuena como un fruto de alegría:
¡Mientras al camino que regara un día.

Cristo Te Ama

19 marzo 2016

Efesios 3: 18, 19, 20.


18seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, 19y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios. 20Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros,…



Yo y mi casa Serviremos a Jeová


JOSUÉ 24:15.
Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. 

Obra de Extensión Huaura

18 marzo 2016








https://www.facebook.com/Obra-De-Extensi%C3%B3n-Huaura-566524553445941/
 Mateo 19:14 
Versos Paralelos
La Biblia de las Américas
Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos.
La Nueva Biblia de los Hispanos
Pero Jesús dijo: "Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a Mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos."
Reina Valera Gómez
Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se los impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos.
Reina Valera 1909
Y Jesús dijo: Dejad á los niños, y no les impidáis de venir á mí; porque de los tales es el reino de los cielos.
Biblia Jubileo 2000
Y Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis de venir a mí; porque de los tales es el Reino de los cielos.
Sagradas Escrituras 1569
Y Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis de venir a mí; porque de los tales es el Reino de los cielos. 
 Usadas con permiso.

Reina Valera Gómez (© 2010)

Dulce Oración




Mateo 6:5-15Reina-Valera Antigua (RVA)

Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago.
Mas tú, cuando ores, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora á tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.
Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles; que piensan que por su parlería serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes á ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 Danos hoy nuestro pan cotidiano.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal: porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
14 Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial.
15 Mas si no perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

El Espíritu del Obrero de Dios


Hoy vemos el espíritu del obrero de Dios. Es de suma importancia que el espíritu de un obrero de Dios esté bien .... vamos a ver porque.

No estamos hablando del Espíritu Santo, sino el espíritu del ser humano. ¿Entraste en una casa alguna vez y sentiste que no había un buen espíritu – es decir, alguien estaba enojado, etc.? ¿O tuviste una charla con alguien y te diste cuenta enseguida que estaba enojado, amargado, frustrado o dañado? Asimismo, podemos decir que del otro lado de la moneda, hay momentos cuando hay tan buen “espíritu” en el ambiente que da gozo estar presente.

La Biblia nos enseña que en Caleb hubo otro espíritu (Números 14:24). Podemos hablar de lo que era este espíritu, en cambio quiero declarar lo queNO era este espíritu que Caleb tenía. El espíritu que Dios va a usar NO es un espíritu de:

1.     NO es un Espíritu de Cobardía
Sin duda, Caleb no era un cobarde, sino un hombre de gran fe. Cuando 10 de los 12 espías lloraron diciendo que no se podría tomar posesión de la tierra prometida, Caleb se paró firme creyendo que era posible – no tenía ni miedo ni cobardía.

II Timoteo 1:7 nos dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía”. Muchas veces el espíritu de cobardía entra en el ministerio: miedo a que no me vayan a aceptar, a que no les vayan a gustar mis ideas, miedo a intentar algo que me salió mal en el pasado, etc. El espíritu de cobardía es exactamente lo que el diablo quiere, es lo opuesto a la fe. La fe me hace creer y hacer algo que no puedo ver con mis ojos, en cambio la cobardía dice, “tranquilo, no hay apuro ni necesidad de hacerlo, asimismo no querrás salir lastimado o terminar mal”.

Miro mi propia vida y digo, “gracias Dios por haber sido fiel y haberme ayudado a empezar el ministerio cuando no tenía casi nada de ayuda económica y estaba recién casado. Gracias Dios por darme la fe para mudarme a dos países y creer que la gente iba a llegar a una iglesia que ni existía todavía.” Francamente, es fácil mirar atrás y decir gracias, pero es difícil tomar otros pasos de fe en el presente y creer que Dios puede hacerlo de nuevo. Muchas veces el espíritu de cobardía ha levantado su cabeza y me ha quitado las ganas de lanzarme en un nuevo ministerio o en terreno no pisado.

Queridos amigos, no permitan que el espíritu de cobardía frene la obra de Dios en sus vidas. Cuantas veces vemos que Cristo no pudo obrar en un lugar porque la gente no tenía fe. El espíritu de cobardía quiere que nos quedemos tranquilos y no avancemos. Mientras hay multitudes sin Cristo y muchas posibilidades para avanzar para Cristo, los obreros de Dios NO pueden permitir que el espíritu de cobardía les frene, no les permita avanzar ni ver la mano de Dios.

2.     NO es un Espíritu de Comparación
Cuantas veces somos culpables de compararnos entre nosotros – nuestros ministerios, familias, posiciones, influencias, etc. II Corintios 10:12 nos enseña que “… ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.” La palabra juicioso significa actuar con madurez y cordura, entonces Dios nos dice que los que se comparan no actúan con cordura y madurez.

Cuando nos comparamos, sucede una de dos cosas, o salimos desanimados porque otro lo hace mejor o salimos orgullosos – pero ninguna de estas actitudes agrada a Dios.  El obrero desanimado no podrá avanzar por su estado anímico y el orgulloso no avanzará porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.

El marido que compara a su esposa con otra mujer, nunca será feliz con su propia esposa. La persona que compara su nivel económico con otro nunca estará feliz con lo que Dios le de. El pastor que compara su iglesia con otra no puede ver las bendiciones que tiene de Dios. La comparación no edifica ni anima a nadie.

Si queremos que Dios nos use, no debemos tener un espíritu de comparación, en cambio debemos agradecer a Dios por lo que tenemos y ser diligentes en trabajar para ver mas fruto. Si nos comparamos a Cristo, quien es nuestro ejemplo, todos fallamos y todos tenemos lugar para trabajar.

Querido amigo y obrero en el servicio del Señor, te ruego que estés agradecido a Dios y seas diligente en trabajar para el Señor, no permitiendo que el diablo te destruya con un espíritu de comparación.

3.     NO es un Espíritu de Crítica
Lamento decir esto, pero la crítica sale de mi boca muy fácilmente. Ya sea la crítica de otro obrero de Dios, de un vecino, de gente en la iglesia o de quien sea, el espíritu de crítica no es de Dios.

Me molesta y aun me duele cuando otros hablan mal de mi o me critican, pero cuando critico a otros, soy culpable de lo que odio – la crítica. Veamos como el rey sabio, Salomón, nos dice: “Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan, para que no oigas a tu siervo cuando dice mal de ti; porque tu corazón sabe que tú también dijiste mal de otros muchas veces” (Eclesiastés 7:21-22). Como golpea a nuestro sentir este versículo, puesto que comienza con la instrucción de no dolernos cuando hablan mal de nosotros y concluye diciendo que nosotros no somos tan inocentes porque ya sabemos que hemos hablado mal de otros – ¡duele!

En sí, cuando critico, estoy pensando que soy mejor que la otra persona – cuando la Biblia me enseña de preferirnos los unos a los otros (Romanos 12:10) y de estimar “cada uno a los demás como superiores a él mismo” (Filipenses 2:3). Dios nos golpea tan duro que dice que nuestra critica contra nuestro hermano nos hace hipócritas (Mateo 7:5).

El espíritu de crítica está tan ocupado mirando a los demás que no tiene tiempo de mirar, evaluar y mejorar su propia vida y ministerio. Dios no quiere que nadie tenga un espíritu de crítica… ¡especialmente los obreros de Dios!

Dios bendice el espíritu de amor, no el de crítica. Dios bendice el espíritu de una buena actitud, de fe y de coraje, los otros espíritus no son bendecidos.

Como obreros de Dios, necesitamos la mano y bendición de Dios sobre nuestras vidas y ministerios … pero requiere que cuidemos nuestros espíritus.

Obrero de Dios, cuida tu espíritu para que Dios te puede usar como un instrumento escogido y útil en Su obra.


Para Servir,
Jeffrey Bush