Cómo Obtener la Salvación – ¿Por qué el hombre necesita ser salvo?
Cómo obtener la salvación es la mayor pregunta en la vida de cualquier persona. Esta interrogante comienza cuando un hombre o una mujer se da cuenta por primera vez de su verdadero estado ante el santo Dios.
Esa íntima y dulce comunión que el Padre esperaba obtener con el hombre —la corona de su creación—, se perdió cuando Adán y Eva desobedecieron el mandamiento de Dios en el jardín del Edén. Cuando Adán y Eva pecaron, perdieron su derecho a comer del árbol de la vida, el cual les habría permitido vivir para siempre. Fueron expulsados del jardín y de esa forma, negaron la amorosa relación que Dios deseaba tener con ellos. Su estado pecaminoso los hizo inapropiados para estar en la presencia de Dios. Lejos de ser un evento menor, esta Caída y expulsión del hombre fue un punto cataclísmico en la historia que colocó a la humanidad en un descenso que continúa hasta la fecha.
El hombre sin Dios hace sus propios planes, sigue sus propios consejos y vive bajo sus propias reglas. Sin embargo, debido a que el hombre fue creado para la comunión con Dios, persiste una insatisfacción y la esperanza dentro del hombre que solamente puede ser satisfecha por Dios mismo. Dado que el hombre está ahora en una decadencia sin esperanza y que Dios es perfectamente santo, existe la necesidad de que Dios y el hombre se reconcilien y que la comunión pueda ser restaurada.
Cómo Obtener la Salvación – ¿Qué ha dado Dios para la salvación del hombre?
Cómo obtener la salvación ha sido perfilado por todos los hombres al predicar el evangelio. El evangelio son las buenas nuevas sobre Jesucristo. “Esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados…” (2 Corintios 5:19). Dios, conocedor de que el hombre caería, le proveyó de medios de reconciliación. Él sabía que no había nada que un hombre pudiera hacer para lograr que la humanidad fuera aceptable a Dios.
Dios envió a Jesucristo, quien proveyó restauración para el hombre con Dios, entregando su propia vida, derramando su propia sangre. No había otra manera de erradicar el efecto del pecado, excepto por la sangre. “... pues sin derramamiento de sangre no hay perdón” (Hebreos 9:22). Este derramamiento de sangre indicaba que la paga por el pecado había sido hecha; que una vida había sido sacrificada por la vida de todos los que habían pecado. La voluntad de Jesucristo de someterse a la masacre en la cruz, pagó el precio por nuestros pecados y otorgó los medios para la reconciliación. “Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos” (Romanos 5:19).
Cómo Obtener la Salvación – ¿Qué debe hacer el hombre para obtener la salvación?
Cómo obtener la salvación está dentro del alcance de cada ser humano en la faz de la tierra. Cuando Cristo murió en la cruz, él proveyó salvación para todos. “Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. Con esto daba Jesús a entender que iba a morir” (Juan 12:32-33). La salvación ha sido dada; ahora debe ser aceptada. Una vez que un hombre o mujer reconoce su necesidad de salvación y se da cuenta que Dios la ha dado a través de Jesucristo, él o ella deben recibirla.
La salvación es sencillamente un proceso de confesión y de fe. Un hombre debe confesar que Jesús es su Señor, lo cual significa que se da cuenta que Cristo debe tener completo control sobre su vida con todos los requerimientos justos que él hace. Esta confesión de Cristo como Señor, también implica que Cristo trabajará y cumplirá su propia justicia dentro del hombre.
Luego, el hombre debe creer que Dios ha levantado a Jesucristo de la muerte. Creer en la muerte y resurrección de Jesucristo, trae consigo el conocimiento de que la paga por el pecado ha sido hecha y el poder que tiene el hombre de vivir una vida libre de pecado. Por lo tanto, la relación del hombre con Dios es restaurada. “Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. Así dice la Escritura: ‘Todo el que confíe en él no será jamás defraudado’” (Romanos 10:9-11). ¿Sientes que no eres merecedor de “ir al cielo”? La paz con Dios está a tu alcance.
¿Has comprendido que eres un pecador y crees que Jesucristo vino como el único Redentor del pecado? ¿Estás listo para recibir el regalo de Dios; su hijo Jesucristo? Si es así, cree en Cristo, arrepiéntete de tus pecados y entrega el resto de tu vida a él como tu Señor:
“Padre, sé que he quebrantado tus leyes y que mis pecados me han separado de ti. Estoy sinceramente arrepentido y ahora quiero apartarme de mi pasado pecaminoso y dirigirme hacia ti. Por favor, perdóname y ayúdame a no pecar de nuevo. Creo que tu hijo Jesucristo murió por mis pecados, resucitó de la muerte, está vivo y escucha mi oración. Invito a Jesús a que se convierta en el Señor de mi vida, a que gobierne y reine en mi corazón de este día en adelante. Por favor, envía tu Espíritu Santo para que me ayude a obedecerte y a hacer tu voluntad por el resto de mi vida. En el nombre de Jesús oro, amén.”
“Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados --les contestó Pedro--, y recibirán el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
- Bautízate como lo ordenó Cristo.
- Dile a otra persona de tu nueva fe en Cristo.
- Pasa tiempo con Dios cada día. No tiene que ser un largo periodo de tiempo. Simplemente desarrolla el hábito diario de orar y leer su Palabra. Pídele a Dios que incremente tu fe y tu comprensión de la Biblia.
- Busca estar en comunión con otros cristianos. Sé parte de un grupo de amigos Cristianos que responda tus inquietudes y te apoye.
- Encuentra una iglesia local en la que puedas adorar a Dios.