POEMAS

20 marzo 2016

No hay otro Nombre

No hay otro Nombre en la tierra
tan poderoso y sublime,
como el Nombre del Ungido.
El Mesías prometido ...
Jesucristo, el que redime.
Ante su sola mención
muertos recobran la vida.
Los enfermos son sanados,
y los pobres desgraciados
ven curadas sus heridas.
En el Nombre de Jesús
se abren las puertas del cielo
para el alma que se humilla.
Quien busca a Dios de rodilla
halla el celeste consuelo.
Su Nombre calma a las fieras
y vence los elementos.
Lo imposible en El no existe.
Ningún poder se resiste
al que creó el firmamento.
Nombre, que ofrece a los hombres
Vida Eterna y Redención,
Consuelo a los afligidos.
Y al que llora arrrepentido,
las delicias del perdón.
No hay para el hombre extraviado
otro Nombre más hermoso,
ni con tantas garantías.
Sólo en Jesús, el Mesías,
las almas hallan reposo.
No busquéis otros recursos,
porque no hay más solución
que la que Dios ha provisto.
Sólo en el Nombre de CRISTO
se encuentra la salvación.
-- Daniel Nuño --


Vida Eterna

Para un mundo sin remedio,
que entre maldad se gobierna,
Cristo ha venido a ofrecernos
Salvación y Vida Eterna.
Aquí somos peregrinos ...
Nuestra existencia es fugaz.
Dios nos ofrece un destino
de Eterna Felicidad.
Cristo quiere que alcancemos
victoria sobre el pecado,
porque desea que estemos
eternamente a su lado.
La vida aquí es pasajera
Del mundo no hay nada bueno.
La riqueza verdadera
Es la Eternidad del cielo.
-- Daniel Nuño --



El campo del Señor está de fiesta
por estos escogidos labradores,
que riegan la semilla a manos llenas,
abriendo nuevos surcos, sin temores ...
Jóvenes que al hallar la encrucijada
piden la orientación del Padre nuestro,
escogen lo mejor, y en la alborada
empiezan sus labores con empeño ...
No han de temer al tiempo en sus cambiantes,
al vendabal airoso y destructivo,
a la lluvia o al sol, que calcinante,
amenace las tierras de cultivo ...
Hay fuerzas concentradas más potentes,
para usar contra el mal, la fe cristiana:
por ella vencerá todo creyente;
las promesas de Dios nunca nos fallan.
-- Carmen M. C. Gómez --



Infelices los seres que conciben
un Dios entre paredes,
que se vende y se compra
con monedas,
o sacrificios crueles ...
El Dios que yo concibo
es infinito
Autor del universo,
Omnipotente, Excelso,
Justiciero y Bendito.
-- Carmen M.C. Gómez --


Soneto de la Esperanza

En esta hora apacible, Señor, a Tí yo ruego
que tu misericordia derrames con perdón
de las innumerables faltas que sabes tengo,
y me limpies por siempre de toda imperfección ...
Señor, guárdame alerta para poder librarme
de toda incertidumbre en relación a Tí,
que en mi interior Tu augusta presencia esté palpable
a la chispa divina que Tú pusiste en mí ...
Y que cuando me llegue el momento supremo
valientemente afronte Tu llamada final;
y tu Espíritu Santo llene de caridad
las mentes de los míos, amados en extremo;
y que sepan no hay muerte y solo despertar
a eternas beatitudes en el célico hogar.
-- Carmen M.C. Gómez --


Pensando que Muero

Vivo pensando que muero
cada instante de mi vida.
Puede ser, quizás el postrero;
La luz de mi candelero
puede extinguirse enseguida.
Eso me hace estar alerta.
Sí ... Porque en cualquier momento
Dios puede pedirme cuentas,
y ante su Santa Presencia
no podré decir: "Lo siento ..."
Por eso quiero vivir
muy despierto y preparado;
calibrando mi existir,
porque cuenta he de rendir
al que la vida me ha dado.
Sé bien que habré de esforzarme
en cumplir con mi deber,
y al hacerlo, cerciorarme
que Dios no ha de reprocharme
mi forma de proceder.
Lucho porque no hagan mella
en mí lo ruin y vicioso..
Evitando las querellas ...
Que al morir no queden huellas
de algo indigno y vergonzoso.
Y no es que morirme quiera ...
Cada vez que doy un paso,
lo he de dar de tal manera,
como si el último fuera,
para evitar el fracaso.
Reconozco, con tristeza,
que no logro el bien que quiero.
Pero aún en mi flaqueza
prosigo con entereza,
y al vivir, pienso que muero.
-- Daniel Nuño --


  
Mirando al Sendero

Donde se cierra un camino
siempre empieza algún sendero.
Alguien anduvo primero
por nuestro propio destino.
Otros también soportaron
semejantes inclemencias;
las huellas de su presencia
nuestras huellas señalaron.
Los caminos se han formado
a base de andar por ellos.
Cada paso es un destello
de nuestros antepasados.
Cientos de generaciones
nos llevan la delantera,
que forjaron carreteras
a fuerza de tropezones.
No estás solo en esta vida.
La senda que estás pisando,
alguien la cruzó llorando
con el alma dolorida.
Por eso, ante tu amargura,
piensa, mirando al sendero,
que antes que tú, otros sufrieron
semejantes desventuras.
Y en vez de lamentaciones,
da gracias al Ser Divino,
por encontrar un camino
lleno de hermosas lecciones.
-- Daniel Nuño --


  

Qué ciego es el mundo, madre,
Que ciegos los hombres son,
Piensan, madre, que no existe
Más luz que la luz del sol.
Madre, al cruzar los paseos
Cuando por las calles voy,
Oigo que hombres y mujeres
De mí tienen compasión.
Que juntándose uno a otro
Hablan bajando la voz
Y que dicen: ¡Pobre ciega!,
Que no ve la luz del sol.
Mas yo, no soy ciega, madre;
No soy ciega, madre, no;
Hay en mí UNA LUZ DIVINA
Que brilla en mi corazón.
El SOL que a mí me ilumina
Es de eterno resplandor;
Mis ojos, madre, son ciegos...
Pero mi espíritu...no.
Cristo es mi Luz, es el día
Cuyo brillante arrebol
No se apaga de la noche
En el sombrío crespón.
Tal vez por eso no hiere
El mundo mi corazón
Cuando dicen: ¡Pobre ciega!,
Que no ve la luz del sol.
Hay muchos que ven el cielo
Y el transparente color
De las nubes, de los mares
La perpetua agitación.
Mas cuyos ojos no alcanzan
A descubrir al SEÑOR
Que tiene a leyes eternas
Sujeta la Creación.
No veo lo que ellos ven,
Ni ellos lo que veo yo;
Ellos ven la luz del mundo
Yo veo la LUZ DE DIOS.
Y siempre que ellos murmuran:
¡Pobre ciega! (digo yo)
¡Pobres ciegos!,  ¡que no ven
Más luz que la luz del sol!...
-- Anónimo --


  
Todo es Gracia

Hombre que tienes talento,
dime, ¿dónde lo compraste?
El mundo te reconoce
imaginación brillante;
pero, ¿cómo has adquirido
ese don tan admirable?
Tal vez cultivas las ciencias
y aun descubrimientos haces;
pero, ¿cómo has poseído
esa aptitud envidiable?
Por ventura te consagras
al cultivo de las artes
y alcanzas preciados lauros
en concurridos certámenes;
mas, ¿elegiste tú mismo,
porque estuviese a tu alcance,
esa facultad preciosa
que el mundo admirado aplaude?
Nada debes a tí mismo:
cuanto tienes, cuanto vales,
a tu espíritu ha venido
de un modo que nadie sabe.
Mas de quien viene sabemos:
del que es de las luces Padre,
Autor de las buenas dádivas,
que como quiere reparte.
Si todo lo has recibido,
de nada debes gloriarte.
-- Carlos Araujo --


  
A un Sabio

No dudo de la enorme inteligencia
con que al mundo infeliz has asombrado,
y aplaudo el gran trabajo, que a conciencia,
por llegar a ser sabio has desplegado.
Tu talento confunde y maravilla
y porque a lo ignorado pones freno,
el hombre, ante tu paso, su rodilla
dobla confuso, de respetos lleno.
Eres sabio, es verdad; pero tu vida
está llena de errores sin medida.
Sabes mucho y no sabes ser moral.
Ser sabio, para mí, no es ser bastante.
Prefiero un hombre bueno, aunque ignorante,
a tí, que sabes mucho y vives mal.
-- Claudio Gutiérrez Marín --


  

La vida en Dios es vida de aventura;
Vida llena de ensueño y de grandeza;
Rumbo heróico que apunta hacia la altura
Persiguiendo la gracia y la belleza.
La vida en Dios es fe de iluminado
En un perpetuo florecer de cumbre;
Es ser  un siervo del mar, bañado
En el calor intenso de su lumbre.
La vida en Dios es ir por los caminos
Ardiendo el corazón, la mano abierta;
Y llenar de los cánticos divinos
La soledad estéril y desierta.
La vida en Dios es fuego y armonía;
Es salmo y es poema de Ternura
Que en la aspereza cruel de cada día
Va dejando la miel de su dulzura.
La vida en Dios es ruta dolorosa;
Es visión de la cruz, jalon de gloria:
Es pasar por la noche tenebrosa
Y despertar en alba de victoria...
-- Francisco E. Estrello --


¡Escúchame, Señor!

Gracias te doy, oh Dios incomparable,
por tu Santa Palabra inmaculada,
en la cual me alumbró la llamarada
del fuego doctrinal del Admirable.
Salióme al paso en mi senda oscura
con todo su esplendor y su clemencia,
siendo mi Salvador por excelencia
al hacerme una nueva criatura.
Por eso en la hora sacrosanta
que sube mi oración Tu Trono,
recibe mi alabanza en el tono
que mi alma gozosa a Tí canta.
Hoy, al llegar la fecha señalada
en que cumplo, Señor, estos mis años,
olvidando los negros desengaños,
vivo en la paz de tu bondad sagrada.
Así, pues, apoyado en el glorioso
cayado del Mesías, del Ungido,
te diré con acento redimido
¡que sólo en Jesucristo soy dichoso!
-- Manuel Pérez del Busto --


El Joven Rico

Rico y apuesto heredero,
alto de alcurnia y de talla,
se llega a Jesús pidiendo:
-Maestro bueno, ¿qué hace falta
para que la vida eterna
posea para mi alma?
-Los mandamientos conoces:
No toques mujer extraña,
no mates, hurtes ni engañes,
sea veraz tu palabra,
respeta de tus mayores
la dignidad de las canas...
-Maestro, todo he guardado.
Dime qué otra cosa falta.
Una muy simple: ve y vende
cuanto a la tierra te ata,
dalo a los pobres, que cubran
su miseria por tu gracia,
y echando tu cruz al hombro
ven a seguir mis pisadas.
Perdió el joven su apostura,
bajó al suelo su mirada
y se encaminó afligido
hacia sus riquezas vanas.
A Jesús le va corriendo
por la mejilla una lágrima
que a contraluz pareciera
de sangre tornasolada.
-¡Pudo y no quiso salvarse,
por su riqueza malvada!
¡Cuán difícil es que un rico
entre en mi eterna morada!
¡Un camello por el ojo
de una aguja, mal se pasa!
-- Santos García Rituerto --


Enséñame, Jonás

Enséñame, Jonás, pero no a huir
ni a renegar por enramadas secas.
¿Adónde huirás del Dios que va contigo
si a donde vayas sin querer le llevas?
Y si la calabaza se ha secado,
busquemos mejor sombra en una higuera.
Enséñame, Jonás a ser valiente:
<< Yo soy culpable, echadme a la tormenta
para que el mar se calme y tengáis vida,
y a mí que Dios me lleve donde quiera. >>
Un submarino vivo irá al rescate
y nos traerá a la abandonada senda.
Abajo, en lo profundo de las aguas,
humillada, por fin, nuestra soberbia,
la voluntad rendida, consagrados
a la dura misión que Dios nos muestra,
enséñame, Jonás, esa plegaria
de adoración, confianza y obediencia.
Enséñame, Jonás, pero no el odio.
¿Qué Nínive es idólatra y perversa?
Tú y yo, Jonás, tenemos un mensaje
que Dios nos ha confiado para ella.
Dame tu verbo rápido y conciso,
tu voz adamantina y verdadera,
para que aquel que mi advertencia escuche
en polvo y ceniza se arrepienta.
Que yo doy voces y mi voz se pierde
en la expansión de una ciudad desierta.
Y cuando nuestra Nínive podrida
vuelva a Dios su mirada plañidera
y Dios derrame, como sabe hacerlo,
misericordia y gracia sobre ella,
entonemos tú y yo sus alabanzas
caminando gozosos nuestra senda
de ciudad en ciudad, de choza en choza,
para evangelizar de puerta en puerta.
-- Santos García Rituerto --

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