Pasajes de la Sagrada Escritura sobre el Matrimonio y la Vida Familiar

31 diciembre 2013








La Biblia incluye muchas referencias al matrimonio y la vida familiar – desde su origen y propósito y el significado que Dios le dio, hasta la enseñanza de Cristo sobre el matrimonio y los hijos.

A continuación encontrará algunos pasajes que le pueden ser de utilidad para su enriquecimiento personal o para reflexión y discusión grupal sobre el tema del matrimonio y la riqueza de la vida familiar. 

Orígenes del matrimonio: 

• Génesis 1: 26–31 La creación del hombre y la mujer 

Génesis 1 nos recuerda de dónde venimos y a dónde vamos. Nuestro principio y nuestro fin están en el poder amoroso y el cuidado de nuestro Creador. Dios nos ama tanto que hizo que los seres humanos fueran la cima de la creación. Él reservó lo mejor para el final, así como el mejor vino para las bodas de Caná. Más significativo que el ser la cima de su creación es que la razón de nuestra dignidad y de nuestro valor como seres humanos, es el haber sido creados a imagen y 
semejanza de Dios. 

¿Somos como Dios? ¿Cómo puede ser posible? Dios en su bondad y misericordia infinitas creó al hombre y a la mujer para reflejar Su imagen al mundo. Individualmente, y más aún unidos, el hombre y la mujer se complementan y muestran al mundo la imagen de Dios. Dios es amoroso, fiel y da frutos – los mismos atributos los encontramos en el amor matrimonial. Dios nos hizo por amor para amar y ser amados. 

• Génesis 2: 4–25 Segundo relato de la creación del hombre y la mujer 

• Génesis 2: 18 No es bueno para el hombre estar solo; hagámosle una ayuda semejante a él 

• Génesis 2: 24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.

Génesis 2 revela el amor de Dios por la creación. Dios le revela al hombre que necesita de otro ser para complementarse. Al percatarse de esto y de que no existe nada en la creación que pueda complementarlo, Dios creó a la mujer. Al verla el hombre se da cuenta de que se le ha dado lo que necesita para acercarse a la plenitud, una plenitud que sólo puede ser alcanzada en Dios.

 La mujer complementa al hombre de una manera única y que da vida a ambos. Juntos viven esta complementariedad física, sicológica y emocionalmente en su esfuerzo para unirse más en el amor del uno al otro y en el amor a Dios.
Dios provee para nuestras necesidades y nuestros más profundos anhelos serán colmados por Él. 

Enseñanzas sobre el matrimonio: 

• Mateo 19: 3–12 Jesús habla del matrimonio y el divorcio 

• Marcos 10: 2–12 Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre 

 Jesús usa la frase “en un principio” refiriéndose al plan de Dios sobre el matrimonio en respuesta a los fariseos cuando le preguntaron sobre el divorcio. Este plan sobre el matrimonio se encuentra en Génesis y es parte del orden natural de la creación; sin embargo, el pueblo se alejó del plan que Dios tenía para ellos y para el matrimonio. Jesús restauró el plan original del matrimonio: una unión permanente y amorosa entre un hombre y una mujer. Este amor es para toda la vida y da vida a quienes se han hecho una sola carne.

Jesús mostró que el matrimonio no era una mera invención humana sino que existía una realidad más profunda en el hecho de que, literalmente, dos personas se unieran. Ningún orden judicial puede disolver esta unión.

En lo más profundo de nuestros corazones todos deseamos que el amor perdure, que podamos tener la libertad de ser nosotros mismos en y sabernos amados tal cual somos. Siendo seres humanos es posible que nuestro amor nunca llegue a ser perfecto, pero el amor de Dios siempre lo es. 

• Efesios 4: 31–32 Desechen de entre ustedes los enojos, perdónense 

Por no amar perfectamente, como Dios nos ama, tenemos que estar continuamente pidiendo perdón y perdonándonos los unos a los otros. El matrimonio nos da la oportunidad de perfeccionar nuestro amor cuando pedimos perdón a nuestro ser amado cuando le herimos; nos esforzamos por vivir una vida de bondad y compasión aunque sabemos que no lo haremos del todo bien y que tendremos que pedir perdón y perdonar también. Perdonar no es fácil; no es simplemente cambiar de mentalidad, tampoco consiste en olvidar el daño causado sino en considerar sinceramente lo que ha sucedido y ofrecer al otro el perdón que nosotros mismos necesitamos. Dios siempre nos perdona cuando honestamente buscamos ser perdonados. 
Ninguna falta, ningún pecado, ninguna acción sobrepasa Su capacidad de perdonar – buscar Su perdón es encontrar la libertad. 

• Efesios 5: 25–33 Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia … es por esto que dejará a su padre y a su madre para unirse con  su esposa… 

¿Cuánto amó Cristo a su Iglesia? ¿Se ha preguntado esto alguna vez? Cristo amó tanto a su Iglesia que se entregó completamente, y dejó que lo golpearan y masacraran su cuerpo hasta morir por su amada esposa (la Iglesia). Esposos, ¿están ustedes dispuestos a morir por sus esposas? Esposas, ¿harían ustedes lo mismo por sus esposos? Cristo nos llama a amarnos unos a otros de modo que estemos dispuestos a morir… esto es especialmente cierto en el matrimonio. 
En el matrimonio debemos amar, querer y animar a nuestro esposo o esposa para ayudarle a alcanzar la felicidad del cielo; la meta de nuestro matrimonio no es meramente terrena, sino eterna. Su matrimonio tiene ramificaciones eternas – ayudar al otro (y a los hijos que se tengan) a llegar al cielo.

 El hombre y la mujer en el matrimonio son una sola carne, y como esposos 

nutrimos esta relación entregándonos el uno al otro y a nuestros hijos y superando nuestras tendencias egoístas; esto no es fácil o natural pero puede hacerse con la gracia de Dios. 

1 comentario:

  1. Bendiciones amados hermanos, un abrazo desde El Salvador Centroamérica, desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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